ya estamos en Graná (dale limosna mujer que no hay pena más grande que ser ciego en Granada). Vamos a ver que ha deparado el día de nochebuena.
El desayuno en la tierra del pan con tomate y aceite no puede ser otro, así que directos al Flanboyan (o como se escriba, que mis tios lo llaman el Flaboyá). Cafelito con leche natural (templada) y una de tomate (dos tostadas grandes con tomate picadito por encima y aceite al gusto). Con las pilas bien cargaditas, directos para el Albahicín, que tenemos la tradición mi chica y yo de comprar la lotería del niño (con el reintegro de la de Navidad, que siempre le toca al club de balonmano) en la plaza larga. Como este año tenemos premio en la barriga (parecemos los dos preñados, pero sólo lo está ella) cogemos un autobús, que no estamos para subir cuestas.
Plaza larga es increible, es como entrar en el pueblo de Asterix. Según te vas acercando se van oyendo voces y música. Cuando llegas, te encuentras un micromundo, de personas que parecen estar allí para que tu las veas y las conozcas. Merece la pena echar la mañana en esos metros cuadrados. Tras comprar la lotería del niño (que nunca nos ha tocado nada, todo sea dicho) de cabeza al bar de la esquina. Ha cambiado de dueño y ahora se llama Aixa. El año pasado era de un señor vestido de papa Noel que se pasó la hora que estuvimos cantando. Ahora hay un cartel que pone "prohibido dar el cante" pero con todo lo que se oye por la ventana, casi que se agradece. La tradición granaina para la nochebuena es poner de tapa un asadillo de calabaza que está de muerte. Además, como te lo ponen de tapa, pues con dos cervezas (o tres) sales despachao hasta la hora de la comida. Que rica la tapa, merece la pena el viaje sólo por la calabaza ;-)
A comer vamos a nuestro árabe-vegetariano de la calle de las teterías (calderería). Lamentablemente está cerrado por reformas, así que vamos al que pone en el cartel de donde sirven actualmente, una cuscusería. Nada tiene que ver con el árabe este, pero no ponen mal de comer. Mi niña Harira vegetariana (la habitual se cuece con huesos de cordero, que lo sepais) y yo un gazpacho fresquito. Y de segundo dos cus-cus vegetales que no se los salta un gitano. Y de postre un kefir para ir contentos para el hotel, en autobús, que se ha puesto a diluviar así de repente.
La noche en la casa de unos tíos míos. Excepto los habituales comentarios de "estais gilipollas", "las gambas podeis comerlas que no tienen cerebro" y "no sabeis lo que os perdeis", la cena cojonuda. Una tía mía (tengo muchas) adicta a la termomix nos sorprende con unos platos vegetarianos buenísimos. El resumen de los deglutido (a duras penas pude volver al hotel fue):
- Puré de berenjenas para huntar (gentileza de la termomix y mi tía Sole)
- Salmorejo sin jamón ni huevo (gentileza de la termomix y mi tía Sole)
- Dátiles rellenos de frutos secos, hipercalóricos (mi tía Carmen)
- Ensalada verde con granada (mi madre)
- Queso curado (ni idea de la procedencia)
- Patatas con champiñones gratinadas (mi madre)
- Canelones de verduras al curry (mi madre)
- Anguila de mazapán de postre (mi chica desde Toledo)
- Frutos secos y algunos chocolates.
Bueno, las recetillas otro día, que muchas las desconozco.
Besitos.
3 comentarios:
Jejeje, si es que yo cuando la gente me pregunta ¿y tú qué haces en navidad siendo vegetariana? Yo respondo: hartarme de comer, como todos!
Hice tu lasaña ;) fue un éxito!!
Un beso y feliz navidad.
Buenas guapa,
mi chica y yo nos alegramos (parecemos los reyes en el mensaje navideño ;-) que os gustase la lasaña, es una apuesta segura, sobretodo en Navidad que pega comer como animales.
La Navidad es época de hartarse a comer hasta enfermar, y el preludio del enfrentamiento báscula-panza, que suele ser sangrienta lucha hasta que las mollas vuelven a su ser, je, je.
Besitos.
Yo metí unos dátiles rellenos con mucho cariño (y paciencia!!) de mantequilla de cacahuete, con un cachito de almendra o pistacho arriba de adorno, muy ricos, hipercalóricos también y empachantes, pero triunfaron!!!
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