... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

24 de julio de 2010

Indiscrecciones varias


Buenas,

a principio de semana nacieron mis mellizas sobrinas, cuyo conjunto de tamaño y peso no superaban al de mis peques al nacer. Pero han nacido muy sanas para lo chiquititas que son, más guapas. Qué locura, dos iguales para hoy, que dicen los que venden cupones. Total, que fuimos a ver a la madre y al padre al hospital, dado que a las peques no se las podía ver por estar en la UCI. Y el hospital este es muy gracioso, porque tiene separado el baño de los bebés de la habitación por una especie de torno. Y el baño es acristalado, por lo que todo el que pasa por el pasillo, ve como les bañan. Madre mía, tu que coges a tu bebé como si se fuera a romper, y la enfermera lo cogía como si estuviera bañanado un melón de Villaconejos.

A la salida, nos cruzamos por un grupo de musulmanes, de estos que van con una especie de túnica blanca con un gorrico de ganchillo en la cabeza. Y dice Pablo, "Mirad, se van los médicos!!!" y empeñao "¿Y por qué se van los médicos?". Jajajajaja, que risa. Por cierto, le está enseñando mi suegra a leer, y como dice el refrán "donde el caballero español no llega con la espada, llega con la punta de la .........". Así que, cuando no sabe lo que pone dice cosas como "Mi mamá me adora", a ver si suena la flauta. Con este ingenio, llegará lejos el pequeño calabacín.

El otro día fui a comer a Madrid al restaurante vegano que dijimos el otro día con una forera del foro vegetariano. Nos sentamos a comer, llega la camarera, me mira, se le ilumina la cara y dice "¡Habéis vuelto!". Esto, si, claro. "Qué bien, que niña más linda tienes, ¿y qué tal el mayor? ¿Y tu mujer?". Y yo pensando "Anda, que como para tener un lio estoy". Y es que la gente es muy indiscreta, entiendo que con buena voluntad, pero anda que si llega a ser mi compañera una rica heredera de una fortuna austrohúngara a punto de morir, y que en esa comida iba a testar a mi favor, me deja sin un leuro. En fin, como un día que nos trajeron comida china a casa y asoma el chino la gaita por la puerta y dice "Ummm, sofás nuevos ....... ummmm, chica nueva!!".

Luego me fui con la rica heredera austrohúngara a un supermercado de comida china, que me gusta más a mí una exótica comida basura que a un tonto un lápiz. Compramos una cosa que ponía que era pato para vegetarianos, hecha a partir de gluten frito, amén de mil variedades en las que cambia la etiqueta pero el contenido es el mismo. No es que sea una maravilla, dado que hay que cocinarlo, pero para algunos platicos puede valer. Lo que si que es cierto que no es demasiado barato, me lo esperaba yo a precio de ganga. La otra cosa que compré es un kilo de cacahuetes crudos, que van a afectar incluso en la órbita de la luna, dado que voy a ponerme como un popótamo. Qué ricos.

Y eso es lo que cuento. Carmen está mucho mejor esta semana, dado que al no ser hija única ha recuperado el buen karma. Y Pablo lo está pasando estupendamente en el campamento veraniego. Bueno, se me olvidaba una anécdota que demuestra la bueno que es. El primer día que fui a buscarle me le encontré comiéndose el pan que habían hecho como actividad y me decía que tenía mucha hambre. Así que para el segundo día le pusimos dos sandwichs de tofu blandito. A la salida le pregunto y me dice "Mama se ha confundido y me ha puesto dos, así que he compartido el segundo". Ains, me temo que no le estamos preparando para el mundo.

Besitos.

13 de julio de 2010

La boca de la abuela sin dientes

Papa, nos vamos a chocar - Carmen "en ocasiones veo choques"

Buenas,

tras la cita premonitoria de Carmen, a la vuelta de la esquina había un accidente leve. ¿Casualidad? ¿Premonición? El caso es que por el ojete que no me cabía un pelo de gamba de tofu.

Estas semanas estamos de padres de hija única, dado que tenemos a Pablo con la suegra en la ciudad imperial. Esto está motivando que Carmen esté alcanzando unos niveles de pelmez, que no hacen si no corroborar que es más fácil cuidar de dos que de uno sólo. Pablo no debe estar mal, dado que el otro día, cuando nos íbamos de vuelta a casa dijo "Abuá, ¿a que Carmen no se queda?". Cría hermanos, que los tendrás lustrosos. De todos modos, dejamos a Carmen por la mañana para ir a hacer unas compras con mi suegra y le dijo, muy contenta, "¿Papa y mama se han ido a Madrid?". Vaya tela que tenemos con el duo calavera.

Hoy por la tarde hemos estado de manifestación laboral, por temas que no vienen al caso, y he visto dos claros indicios de futbolización. Por un lado, todo el mundo iba con sus chismes para hacer ruido de los restos de la celebración del mundial. Y por otro lado, al irnos un "sindicalista" de profesión, de esos que no son de la empresa pero ayudan en este tipo de actos ha tenido un encontronazo con la policía. Estaban bloqueando la entrada al metro, y han ido a disuadirles de su empeño por medios expeditivos. Total, que el policía ha golpeado a uno de ellos, levemente, y se ha caído el tipo como si le hubieran hecho un penalty en el área. No se, me ha dado un poco de vergüenza ver a ese señor fingiendo un golpe tremendo (es que se veía el teatro como muy estudiado). En fin, espero que sea por una buena causa.

Después hemos ido a la pequeña china que hay en un parking de Madrid, y hemos estado en el super. Lo más destacable, además de que los fideos de arroz tienen un precio irrisorio y de que puedes morir de sobredosis de gengibre rosa por menos de 5 euros, han sido unos snacks que son dignos de ver. Son una especie de lonchas de tofu fritos para tomar como snacks. Lo gracioso es que son de la marca "Boca de la abuela", con un dibujo de una abuela que da un miedo que te cagas. Se le debieron caer los dientes a la pobre mujer, con lo que tiene que comer las cosas así. No se si me voy a comer el producto, pero entiendo que comprándolo estoy ayudando a que la pobre abuela se ponga una piñata con dos filas de dientes para comer otras cosas. Angelica.

Luego hemos estado en un restaurante vegano que hay en la zona. El ambiente curioso, con una tele al fondo donde daban unas imágenes como de una secta, donde se agradecía al sumo no se qué su aportación y una rubia platino en una hamaca reía y conversaba con lustrosas mancebas interculturales. El servicio bien, pero quizá pelín plúmbeo, sobretodo por la insistencia de usar la palabra "vegano" en vez de "vegetal". Manías mías. Lo importante, la comida ha estado genial. De primero he comido una ensalada de brotes de soja con una salsa de algo muy rica, mientras que el medio calabacín se ha crujido una ensaladilla rusa (otro día hablamos de mi ancestral odio a dicho producto) y Carmen unas croquetas que ha asustado a la camarera verla comer. De segundo he comido un pollo con salsa que estaba buenísimo, ella un seitán al curry de aspecto tenebroso (me recordaba al perol de ojos de Indiana Jones) y una tortilla de patatas. Esto ha sido para saber si realmente puede estar tan buena como dicen. Y creo que le he cogido el truco a como hacerla yo en casa, aunque esta no estuviera increible.

Ya de vuelta a casa, nos hemos separado y me he quedado a hacer fotos nocturnas. En la puerta del Sol he estado mirando a los educados turistas trepando encima de nuestro castizo oso, cuan cavernicólas. Desde luego, en su pueblo serán muy respetuosos, pero se asilvestran cuando vienen a la península. En fin, a ver si alguno se cae y se parte la rabadilla. Jijiji, rabadilla, que palabra más repipi.

Besitos.

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