... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

26 de noviembre de 2011

Visitando la SS

Buenas,

el otro día me pasó una cosa entre lo curiosa y lo indignante. A mí me vino muy bien, pero la verdad que es para llorar. Os pongo en antecedentes. Por suerte, soy de ir poco al médico, y como la empresa me paga seguro privado, menos de la Seguridad Social. Para bajas y poco más. Además, el médico con el que llevo años pasó de ser cordial, a ser un imbécil con pintas en el lomo. La anterior vez, me diagnóstico sin mirarme, en lo que escribía algo muy interesante (para él), y con rayos X de ojo. Mucho daño ha hecho House.

Qué cruz, señor, qué cruz!!!
Total, que el viernes me fui a verle por un tema que no viene al caso. Cita a las 9:05. Llego a las 9:00. Un señor sentado en la sala de espera y la puerta cerrada. Le pregunto. Me dice que ha salido el doctor pero que espera que volviera pronto (el café y la caca se hace en casa, sobretodo cuando atiendes al público). Vuelve el médico, le dice al otro señor que pase. A los 20 segundos, sale con unas recetas. Cierra la puerta. Llega una madre con su hija (que va al mismo cole que Pablo y quiere bailar en su vida, tuvo tiempo de sobra para demostrarme su arte). Intimamos, que nos da tiempo. Llega otro señor. Y otro. 9:20. Me pregunta uno de los señores si hay alguien dentro, le digo que está dentro pero sin nadie. 9:25, me dice que o llamo yo o llama él. A mí se me ha educado distinto, pero ante la posibilidad que se me cuelen, me levanto.

Llamo a la puerta, asomo la cabeza, me mira levantando los hombros y me dice "¿Qué?". Una pena que no le hubiera dicho lo que me sugirió el medio calabacín "Un café y tres porras, y páseme el Marca si me hace el favor". "Na, que tengo cita y parece que no llama a nadie". Me pregunta quien soy, como un portero de discoteca de esas VIPs. Estoy en su lista, gracias a Dios. "Anda, pasa, pasa". Me lo dice como haciéndome un favor. Entro, voy a cerrar la puerta y se oye desde la sala de espera "¡¡¡ESTO ES INDIGNANTE!!!". Me aguanto la risa, quiero que me diagnostique, no que me fulmine con su desprecio. Se le notan tablas en el asunto, le resbala el comentario como pastilla de jabón en ducha penitenciaria.

Termina la consulta. Le doy las gracias y le pregunto "¿Dejo abierto?". Me dice un nombre de mujer y que le diga que pase. Asomo la cabeza. Tres tipos. Se lo digo. Me dice "Pues que pase el siguiente". Me da la risa. Estudié informática, no enfermería. Me voy sin decir nada, a mis espaldas, tres tipos se disputan el favor del doctor. No creo que le linchasen. Una pena.

Voy al mostrador del centro de salud. Pido el cambio de doctor. Le digo que me da lo mismo que me ponga una pediatra, un ginecólogo o a la señora de la limpieza. Con tal de no seguir con ese individuo, lo que sea. Se ríe la chica. Una pegatina sobre el nombre de este señor es el último vestigio de él. Espero.

Besitos.

P.D: Han abierto una tienda de productos rumanos relativamente cerca de casa. Y tienen dos marcas de paté vegetal. Le pregunté a la señora que pasa el mocho en casa. Al parecer, los ortodoxos tienen unos días que no pueden comer carne, y son muy populares este tipo de productos. Misterio resuelto, ya se por qué los patés vegetales de tofu vienen de Rumanía.

3 comentarios:

marie dijo...

como futura médico me parece INDIGNANTE que cualquiera pueda ejercer la medicina clínica. No se trata de conocimientos, ni de diagnósticos, ni de recetas. Se trata de dar un trato integral al paciente, que comienza por escucharle y hacerle sentir "en buenas manos" (lo cual según muchos estudios tiene un efecto terapéutico por sí mismo…).
No hay ninguna razón que justifique que NO demos un trato adecuado; ni la crisis, ni los recortes, ni la falta de tiempo…

un saludo!

Tito Chinchan dijo...

Buenas Marie,

el caso de este doctor no tiene nada que ver con lo que dices, dado que lleva así muchos años. Yo creo que aspiraba a algo más alto (en su interés) y se quedó en el ambulatorio del barrio (trabajo que me parece muy digno e interesante). O que aprobó una oposición y dijo "Ahora soy Dios!!!". Ni idea.

Mucha razón tienes en lo que dices.

Besitos.

Anónimo dijo...

Y aunque estudiaras informática y no tienes por qué saberlo, las enfermeras tampoco estudiamos para llamar a los pacientes en las consultas de los médicos :)

Buena elección la del cambio, pero al lado se merece una queja, porque de otro modo, seguirá en sus trece. Y aunque con la queja seguramente también, pues al menos alguien le canta las cuarenta.

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