Buenas,
hoy tenemos tema de mal rollo, sientolo. Resulta que dentro del periodo vacacional el cual hemos disfrutado cuan marrano en un charco, salieron por televisión una espeluznantes imágenes de un hijo de la grandísima abominación golpeando a un perro atado. Esto fué grabado por un veterinario vecino suyo que le denunció. La denuncia prosperó y le metieron una multa de 6000 euros. La noticia no era eso, dado que pasó hace tiempo, si no era que el veterinario le había vuelto a denunciar dado que aquel (el hijo de la abominación) le había matado un perro y le había tratado de quemar la casa. Lo más espeluznante del tema no son las imágenes del maltrato animal, si no las imágenes de la salida del juzgado.
El denunciante (el veterinario) tenía que salir escoltado por la policía, dado que la muchedumbre se había puesto de parte del hijo de la grandísima diarrea de compota de ciruelas. Y la mayor abominación de todas era ver a una mujer histérica gritando al pobre veterianario frases que no quiero ni repetir. Desde aquí mi apoyo a dicho veterinario y aprovecho para cagarme en todos los muertos de dichos malnacidos.
Cambiando el tercio, el otro día estábamos en la frutería y detrás el carnicero andaba partiendo por la mitad una vaca y casi me salgo de la tienda. Que horror.
Volviendo a cambiar el tercio, y como despedida y cierre, os recomiendo la película Kebab Connection. Por lo bonita que es y por que sale un vegetariano como actor secundario. Es interesante.
Besitos.
hoy tenemos tema de mal rollo, sientolo. Resulta que dentro del periodo vacacional el cual hemos disfrutado cuan marrano en un charco, salieron por televisión una espeluznantes imágenes de un hijo de la grandísima abominación golpeando a un perro atado. Esto fué grabado por un veterinario vecino suyo que le denunció. La denuncia prosperó y le metieron una multa de 6000 euros. La noticia no era eso, dado que pasó hace tiempo, si no era que el veterinario le había vuelto a denunciar dado que aquel (el hijo de la abominación) le había matado un perro y le había tratado de quemar la casa. Lo más espeluznante del tema no son las imágenes del maltrato animal, si no las imágenes de la salida del juzgado.
El denunciante (el veterinario) tenía que salir escoltado por la policía, dado que la muchedumbre se había puesto de parte del hijo de la grandísima diarrea de compota de ciruelas. Y la mayor abominación de todas era ver a una mujer histérica gritando al pobre veterianario frases que no quiero ni repetir. Desde aquí mi apoyo a dicho veterinario y aprovecho para cagarme en todos los muertos de dichos malnacidos.
Cambiando el tercio, el otro día estábamos en la frutería y detrás el carnicero andaba partiendo por la mitad una vaca y casi me salgo de la tienda. Que horror.
Volviendo a cambiar el tercio, y como despedida y cierre, os recomiendo la película Kebab Connection. Por lo bonita que es y por que sale un vegetariano como actor secundario. Es interesante.
Besitos.
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