Un poco de literatura navideña

Buenas,

como los comentarios que me hace Irantzu me animan a escribir, hoy os voy a dar la brasa con un popurrí de alucinar, que hoy es puente en España y me apetece teclear. El otro día en un blog de esos que llegas pinchando el enlace de tal que te lleva no se donde y ves otro que te manda a aquel y al final caes en un post que te interesa. Bueno, pues allí ví una reseña de un libro que ya me he pedido para los reyes magos. El libro se llama Juicio a los humanos, y trata de un juicico que se hace dentro de unos siglos a los humanos por parte de los animales. En la web esa podeis leer el primer capítulo que no pinta nada mal. Me recordó bastante al texto que puse yo de Fulgencia Salgado.

Hablando de literatura, os voy a recomendar el blog de Ramiro, que le da a la tecla y está haciendo un experimento único en su vida (no en el mundo, que ya se ha hecho miles de veces). Está publicando un libro de un modo on-line, que hasta incluso se puede ir opinando para que modifique aspectos. Echadle un ojo y ponedle un comentario al muchacho, que le hace ilusión.

Saliendo del tema ayer tuve día de cocinillas total. Por la mañana la papilla del pequeño, luego macarrones con tomate que venía mi resacoso hermano a comer. Y para la cena unas croquetas caseras (no me quedaron del todo buenas) y un roscón de reyes. ¿Un roscón? ¿Hemos leido bien que pone roscón? Si pequeños saltamontes, un roscón. Tremendo roscón, por cierto. Así que os voy a contar como lo hice. Tengo que reconocer que me quedó algo duro, pero era el primero que hacía y me fié de la receta en los tiempos de horno. Ya os contaré como va el segundo, tercero, etc.

Roscon de reyes republicanos.

• Medio kilo de harina de fuerza (he leido que vale también la normal).
• Agua.
• Leche.
• Una cucharada de harina de garbanzos.
• Azucar.
• Una cucharada de agua de Azahar.
• Rayaduras de naranja.
• Levadura de pastelería (la cantidad que necesite el medio kilo, que es variable).
• 30 gramos de mantequilla o margarina.

La receta es para hacer con tiempo y ganas. Primero hacemos la masa madre, que yo la hice mezclando 150 gramos de harina de fuerza con agua. Se va echando agua poco a poco hasta que tengamos una masa homogenea y manejable, sin que queden trozos en las manos. Se mete en un tupper, se tapa con un paño y la cerramos unas dos horas. Una vez pasado ese tiempo, mezclamos lo que nos quede de harina de fuerza (350 gramos), con el agua de Azahar, las rayaduras, la harina de garbanzos, la mantequilla blandita, la levadura y añadimos poco a poco leche. Cuando tengamos una masa trabajable, lo unimos a la masa madre (la del tupper). Amasamos bien amasado y dejamos reposar otra hora más tapada con un pañito de cocina.

Vereis que la masa crece mucho. Pasado el tiempo, tenemos que darle forma, pero sin amasarla, con mimo y cariño para que no pierda demasiado volumen. Le hacemos el agujero en el medio, le metemos regalo donde queramos y lo decoramos. Yo no tenía ni almendras ni frutas escarchadas, por lo que mojé un poco de azucar y lo dejé caer por encima del roscón. Precalentemos el horno a 200º para luego bajarlo a 180º cuando metamos el roscón. Y lo dejamos en el horno el tiempo que sea necesario (aquí lo dejé yo 40 minutazos y me quedó duro pero bueno) que creo que con 20 minutos puede estar rico.

Y ale, a comer, otro día pongo la foto, que me lo comí en media hora. Ñam, ñam.

Por cierto, ayer vimos Ratonpolis. La crítica ya la pondré cuando me apetezca, pero sale una escena que me hizo gracia y me pareció curiosa. Hay una cobaya en el bando de los malos que es algo tontorrona y bonachona. Pues bien, en un momento dice "Yo antes trabajaba arriba (refiriendose al mundo que conocemos) en una empresa de champús (dice esto tocándose la cabeza totalmente calva) y era de pelaje gris. Jajaja, ahora no tengo que preocuparme de la caspa". Me pareció un curioso giño contra la experimentación animal.

Besitos.

*** Información para pablistas ***

Buenas,

tras el rollo que os he contado antes, no se si llegareis hasta aquí, pero yo os cuento. Ayer le dimos su primer cuscurro de pan, el cual devoró como si no hubiese comido en su vida. Que chupetones al pan, que risas nosotros, vamos, todo perfecto. Si a esto le unimos que se pasó todo el día gatenado y tratando de andar en lo que yo cocinaba, podemos decir que fue un dia maravilloso. A ver si se repiten más de estos.

Os contaría más, pero me duelen la teclas ya de escribir.

Besitos.

P.D: ¿Habeis visto Ratonpolis?