... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

13 de febrero de 2006

De desaparición de empleos

Buenas,

hace no mucho, un lector de esos que me lee en silencio me hizo una pregunta que puede resultar absurda, pero que oculta una reflexión llena de matices en los cuales dudo que sea capaz de ahondar. La pregunta era que qué pasaría con todos los empleos que viven ahora del consumo de animales (lease, carniceros, matarifes, pescateros, etc) si todos fuesemos vegetarianos.

Como primera respuesta, siempre pasa por la cabeza el decir "Que les den por el culo con una caña rajada" que decía mi padre. Esto es lo que les tendría que pasar también a los que fabrican armas, y demás cosas que no necesita el Mundo para poder seguir dando vueltas alrededor del sol. Hay profesiones que directamente no tendrían que exisitir, dado que están pensadas sólo para generar dolor y sufrimiento. Una vez pasado el primer impulso radical y utópico, pasemos a los matices.

Con esta pregunta queda al descubierto una capa de barniz más profunda, más sutil y que hay que explicar. Nunca sucederá que de la noche a la mañana todos nos levantemos vegetarianos, ni mucho menos. Estas cosas van despacio. Si la cosa fuese bien, las personas iriamos lentamente reduciendo el consumo de animales, lo que produciría una reducción de los empleos "carnívoros" por un lado, pero por el otro sugirían nuevos empleos "vegetarianos". Poco a poco, la balanza se inclinaría hacia los empleos "vegetarianos" dejando arrinconados a los otros empleos. Un buen día, aparecerá en Madrid Directo un documental sobre profesiones del pasado, al estilo de El verdugo, que nos cuente que en la antigüedad había oficios en los que los humanos mataban animales para comérselos o utlizar sus pieles. Saldrá un señor de 90 años que nos cuente como encurtía pieles y la pena que se pierda tan bonita profesión y listo, se terminó el tema.

Y es que los cambios de verdad, los que ahondan en los seres humanos, son los cambios lentos, los que sin darte ni cuenta has asumido. No los cambios rápidos, bruscos, que no da tiempo a asumir. Estos cambios provocan guerras y odios entre los seres humanos, que no es precisamente lo que andamos buscando.

Ay, que bonitos son los lunes en los que uno se levanta con el utopismo subido y escribe cositas así como sin pensar.

Besitos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que no sé q quién se le pueden ocurrir semejantes cuestiones! A mí me parece que el mundo va para abajo, pero bueno a veces también me levanto optimista (jejeje). Un mundo vegetariano... vaya utopía! pero de a poquito lo vamos construyendo, no? es difícil luchar x un futuro tan lejano, x aquellas generaciones que van a venir, es arduo trabajar x un mundo que no vamos a conocer, eso es OPTIMISMO :)))
Un abrazo muy grande a todos los que hacemos algo por los que vendrán!!!

Anónimo dijo...

Ahh, no soy anónima, soy Jésica!

Mandarina dijo...

A mí el otro día me entró el bajón cuando pensé en lo que le está costando a la sociedad que disminuya el número de fumadores... Si comer carne es mucho más común, está infinitamente mejor visto, no es considerado como malo para la salud (es más, a veces al contrario) y tiene montada una infraestructura mucho más grande, ¿cómo se logrará alguna vez que la gente deje de hacerlo?
En fin, menos mal que están los lunes utópicos para rebatir esos ataques de pesimismo... o eso espero.
Un beso.

Tito Chinchan dijo...

Buenas,

Marina tesorete, con ver lo maleducada, intransigente y desagradables que somos las personas, no se ni como te haces esas cuestiones. Aquí sólo se funciona mediante la ley del palo detrás de las orejas y eso no cambia. España es el país de don cojones, ¿que no puedo fumar aquí? Pues por mis cojones fumo. ¿Que hay atasco? Por mis cojones que me lo salto. Etc. Y malamente va a cambiar. Por suerte para nosotros, de vez en cuando, lees algo que te hace sonreis. Abres la ventana y una pequeña flor a brotado en la jardinera. Sales a la calle y un niño pequeño te sonrie. O te despiertas en mitad de la noche y vez la carita plácida de tu pareja que te vuelve loco. Y piensas, esperanzas quedan.

Uy, por Dios, que melodramático me he puesto.

Anónima Jésica (te he pillado, je, je, que te querías hacer la anónima) si no creemos en utopías felices, ¿para que narices estamos aquí? ¿Para ver mierda y más mierda o para pensar que podemos cambiarla? Sino pensáramos que hay una esperanza, mejor bajarse del mundo en marcha.

Besitos a las dos más guapas de este post!!!!!

Anónimo dijo...

"Si no creemos en utopías felices ¿para que narices estamos aquí?" Eres todo un poeta!!! :) Me encantó y creo q t la voy a robar!!! jejejeje´no, te prometo citar las fuentes cuando la utilice. Jésica

Anónimo dijo...

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