Venga, que por una vez no pasa nada

Buenas,

bueno, bueno, que gran frase que todos los vegetarianos hemos oido lo menos ochocientas veces en nuestra vida, "venga, que por una vez no pasa nada" mientras se ondea una loncha de pata de marrano muerto. Y es que hay gente que cree tener en su poder una especie de poder divino. Y este poder sirve para permitirte comer un alimento u otro. Oh, gracias, gran señor que permites a los vegetarianos comer lonchas de pata de porcino.

Y tened cuidado, por que las artimañas de estos semidioses modernos son increiblemente sutiles. A veces, cuando parece que la táctica "A" no funciona y el vegetariano no sucumbe ante los tejemanejes carnívoros, saca la gran táctica "B". "Venga, que no se lo voy a decir a nadie". Cachis en la mar, oh gran dios del secretismo y el oscurantismo, has descubierto que los vegetarianos en realidad escondemos el fuet bajo el colchón y nos vas a permitir compartir contigo ese gran secreto. Gracias, dios carnívoro por tu comprensión, por mirarnos con gesto de peña y con un guiño de complicidad hacerte partícipe de nuestro sufrimiento silencioso cuan hemorroide embravecida.

Bueno, semidioses de los planes "A" y "B", desde aquí quiero deciros: "Probad a pillaros el aparato urogenital con la tapa del piano repetidas veces y con fuerza, que por una vez no pasa nada". Y una vez lo hayais hecho, y ya esteis convencidos de que no quereis volver a pillaros dicho aparato, podreis volver a vivir vuestras vidas en las cuales la posiblidad de pillaros con la tapa del piano no existe. Mientras tanto, los vegetarianos seguiremos viviendo nuestras vidas sin plantearnos ni un sólo día si comernos la pata loncheada del cerdo o no comerla.

Besitos.