Mis comienzos en los herbolarios

Buenas,

como ya os he contado, yo tenía de vegetariano lo que tengo ahora de monje medieval (quizá los modales refinados). Así que mi conocimiento sobre los herbolarios no era muy grande, pero si mis ganas de aprender. Total, que con la información que había recopilado sobre suplementos vitamínicos, marché a ver que me deparaban estos puestos de venta de "hierbas".

Bastante ingrata fue la sorpresa que me llevé al entrar en el herbolario, dado que yo me esperaba centros consagrados al vegetarianismo, pero más bien me encontré con un lugar de culto al cuerpo, a la salud y a las medicinas alternativas. Cuando le pregunté por cosas vegetarianas, el dependiente (que me debió ver la cara de pardillo) me trató de encasquetar cosas de dudosa procedencia, utilidad y necesariedad. Entre las cosas que me vendió, estaban la levadura de cerveza, dado que "como ya sabrás los vegetarianos tienen problemas con la vitamina B12". Hay que ver lo tonto que soy a veces.

Total, que el otro día en la casa de mi madre (10 años después) limpiando un armario de esos que sólo llegan los hijos, encontré el bote en cuasi perfecto estado de conservación en el fondo más escondido de todo el armario. ¿Habeis probado alguna vez la levadura de cerveza? Joder, que cosa más insulsa. Yo creo que eso y los mueslis de fibra (delicioso sabor cartón) son los dos productos vegetarianos más similares a comerte una biblia. Así que recuerdo que probé el primer día la famosa levadura y guardé el bote donde mi madre no lo viera para evitar que me echara la bronca sobre mi maravillosa compra. Que engrudo bucal se me pudo hacer, madre mía. Y seguro que sirve para algo, pero desde luego tomarlo así porque sí es de masocas ;-)

Que cosas pasan de verdad, y que cabrones son ciertos vendedores. En fin, espero que os haya gustado mi historiera.

Besis.