... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

21 de abril de 2006

La solución final

Tridad es un viejo tejón, tan viejo que ni el se acuerda de la edad que tiene ni de cuando nació. Tampoco recuerda como conoce esta historia que relata a todo el que se acerca a escucharla. A él se la contó su abuelo, que a su vez se la contó el suyo y que se remonta al inicio de los tiempos. En ella, Azul no estaba habitada solamente por todo tipo de seres que tratan de convivir en paz, sino que existía otra especie. Una especie de homínidos que moraban los campos y las praderas, haciendo suyo todo lo que encontraban a su paso, incluidos a tejones y demás especies animales.

Esta situación duró durante muchos, muchísimos años y apenas quedan retazos en la maltrecha memoria de Tridad. Recuerda que esos seres sin pelo destacaban, en su mayoría, por una tremenda crueldad y un desprecio absoluto hacia el entorno en el que vivía. Nunca respetaron a las criaturas de Azul, ni a los compañeros que no pueden moverse del suelo y que lanzan sus patas cubiertas de pelo verde al cielo, ni de los compañeros que vuelan por encima de aquellos, ni de los sumergidos en la inmensidad de Azul, ni mucho menos del resto de habitantes de la parte seca de este enorme lugar. Y fué esta falta de respeto lo que les llevó a dejar de morar estas tierras.

Esta parte de la historia es la que mejor recuerda Tridad, aunque creemos que es más por su propia inventiva que por que realmente se conozca la verdad. Al parecer, tal fué el envenenamiento y odio que fueron capaces de generar esos altivos seres, que un día todo cambió. Ese día, el cielo se tornó plomizo, pero no de color, sino de textura. El aire tomó solidez y se podía sentir como se respiraba. Por doquier hubo explosiones y todo se tornó en muerte para aquellos seres que tanto habían despreciado la maravilla que suponía Azul. Los familiares de Tridad también sufrieron mucho y murieron casi todos. Pero al tiempo, cuando ese aire dejó de ser semisólido y volvió a ser limpio y puro, las cosas cambiaron. Aquellos individuos sin pelo que durante tanto tiempo habían destruido lo que encontraban a su paso habían desaparecido. Sólo habían dejado las extrañas rocas huecas en las que vivían, las sendas de árida roca por las que transitaban y alguna cosa más sin importancia. Pero de ellos no había quedado más que sus lejanos parientes peludos que habitan en armonía con el resto de animales de Azul.

Tridad se dispuso a contar, a todos aquellos que se acercaron a él, esta bonita historia sobre el nacimiento de Azul.

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Buenas,

este cuentecillo que me he inventado sobre la marcha en diez minutillos, está inspirado en una noticia sorprendente (y contada con un extraño sesgo) que apareció en un periódico de gran tirada en España. En ella (por si la borran algún día) se describe lo que sucedió en Chernobil tras la explosión de la central y finalmente nos habla de un insólito suceso que ha pasado allí

"El Bosque Rojo

Los que ya había se han multiplicado, pero además han llegado especies que no se veían desde hace décadas, como el lince y el búho real. Incluso se han descubierto pisadas de osos, un animal que no se aventura por esos parajes desde hace siglos. “Los animales no parecen sentir la radiación y han ocupado ese área pese a sus condiciones”, ha declarado el científico Sergey Gaschak a la radiotelevisión pública británica. “Muchos animales han anidado dentro del sarcófago: estorninos, palomas, golondrinas”, ha añadido. La población de jabalíes se ha disparado, así como la de lobos.

Es una zona radioactiva, sí, pero sin hombres, sin herbicidas, sin pesticidas, sin industria, sin tráfico y con todos sus recursos naturales intactos. En el momento de la explosión, cuatro kilómetros cuadrados de pinares alrededor de la central se tornaron marrones de un golpe y murieron (el ahora bautizado como Bosque Rojo). Los animales en el área murieron o dejaron de reproducirse: los embriones de ratos se disolvieron; los caballos murieron con el tiroides desintegrado. Y sin embargo, la siguiente generación ha nacido aparentemente sin secuelas. Ahora las vacas allí suelen ser radiactivas (demasiado para que el ser humano se las coma), pero por lo demás parecen sorprendentemente normales.

La población de alces se ha disparado, y hay signos de que parecen haberse adaptado a las difíciles condiciones y viven tanto como aquellos que pueblan áreas sin radiación. Sin embargo, no todos tienen la misma suerte: los animales que vagan por áreas extensas sufren menos que aquellos que apenas se mueven de un mismo lugar. Además, se han registrado mutaciones del ADN de estos animales, aunque ninguna ha afectado a su fisiología o su capacidad de reproducción. No hay caballos de dos cabezas, pero sí cada vez más zorros, tejones, castores, ciervos, liebres, nutrias, mapaches..."

El País, 20 de abril de 2006.

La verdad que me cuesta creer todo lo que dice, pero me parece increible. Siempre me fascinó este tema, sobretodo la parte de la ciudad fantasma que quedó, pero nunca me había planteado la vida de los animales en aquella zona. Me alegro por ellos.

Besitos.

**** Mesa camilla del blog ****

Buenas,

a petición de Marina explico de qué va esto. Una mesa camilla, sobretodo en el sur de España, es una mesa con una especie de manta por encima coronada por un cristal. En su interior se pone un braserito (mejor eléctrico) para calentar los pies de los que se sienten alrededor. Te sientas, te tapas con la mantita y te pone a debatir con el resto de los contertulios que están al calorcito. En esa mesita puedes comer, echar la siesta, engendrar hijos, etc. Es un punto de reunión en las casas antiguas del sur donde la calefacción era algo que no existía, y donde los únicos puntos cálidos eran la cocina (por los fogones) y esta.

Por eso creo esta sección, que es para cositas de los habitantes del blog, dado que creo que esto se puede considerar como una pequeña comunidad y seguro que todos queremos aportar nuestros temitas. En un futuro, si os gusta la idea, podemos ampliarla de algún modo.

Os dejo que mi jefe me reclama.

Besitos.

6 comentarios:

Mandarina dijo...

¡Buenos días!
Me ha gustado mucho tu cuento. Espero que no demos lugar a esa situación pero, tal y como están las cosas, no me resulta improbable que acabemos de esa manera...
Gracias por aclararme el tema mesacamillero, me parece muy buena idea. Aunque lo de los cotilleos tampoco estaba mal ;)
Un besito.

Tito Chinchan dijo...

Marina, tesoro, las mesas camillas son el fundamento de culquier programa de cotilles. Creo que si los grandes dirigentes del mundo se reunieran en una mesilla camilla en vez de en un parlamento, todo iría mucho mejor.

Lo del cuento es que me ha salido a petición de un amigo, que fué el que me mandó la noticia (que es la caña). Pero no le he dedicado mucho y no me mata, pero ahí queda.

Un besazo.

anonymux dijo...

Ya sabía yo que era una buena idea mandarte la noticia...

Te ha quedado un cuento muy chulo.

La verdad es que la noticia tiene un tizne de ciencia ficción que es lo que hizo pensar en esribir algo.

Saludeteeeeeeeeeeees

Ubedi Errante

Anónimo dijo...

Hola!

Oye, ¿no puedes poner un enlace donde se recojan todos los cuentos?
Ponerlos todos juntitos, para cuando nos apetezca leer la literatura de Tito Chinchan, o algo así.

En mi blog, cada artículo está dentro de una categoría que recoje los da la misma temática.

Besos!

Anónimo dijo...

casualmente mi esposo se llama Javi, su amigo Tito y chambean de vez en cuando... soy la veintiunica
vegi a la redonda...

Tito Chinchan dijo...

Buenas,

Ángela, me encantaría que blogspot (donde estoy alojado) ofreciese esa posibilidad, que me da muchísima envidia tu blog. Pero lamentablemente no ofrece nada de eso todavía. Pero te aseguro que el día que lo tenga, lo haré, que me gustaría a mí saber sobre que publico más y sobre qué menos. También me gusta mucho lo que ofrece tu blog de poner los últimos comentarios a la derecha para saber qué se va diciendo. Estoy pensando en mudarme, no te digo más. Muero de la envidia.

Usuario anónimo, no entiendo bien lo que dices. ¿A qué te refieres con la ventiúnica? Oye, pero me alegro que seas vegi, je, je. Y que nombre más bonito tiene tu esposo, que porte y gallardía ;-)

Besitos.

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