Pablo

Buenas,

el otro día, por la mañana fuimos a una revisión que le iban a hacer en la prominente barriga de mi niña. Y la doctora nos dijo que teniamos que quedarnos, porque iba a hacer un truco de magia e ibamos a pasar de una barriga a un señor pequeñito. Yo la verdad es que no me lo creía, porque si bien la barriga crecía mucho y se movia la barriguita como si escondiese a alguien, no me podía figurar lo que dijo la señora de la bata blanca.

Total, que nos metieron en una sala, y a mi niña le pusieron unos cables conectados a un altavoz que hacía "tocotón, tocotón" y de vez en cuando "tocotón, tocotón, tocotón". Pero no pasaba nada más. Y de pronto, nos subieron a una habitación y mi niña se puso muy malita, con muchos dolores. Y lo pasamos fatal, de verdad que fatal. Y fuí a buscar a una señotira de bata blanca, que dijo "Se ha provocado solito". Y se llevaron a mi niña un señor de bata verde y la señora de bata blanca. Y no me dejaron ir. Al rato, que se me hizo eterno, volvió con la carita cambiada.

Esperamos y esperamos, pero el pequeño señor no quería salir de la barriguita. Por fin, cuando ya era de noche, dijeron "Hay que sacarlo ya" y se llevaron a mi niña. Y yo me quedé solito en una fría habitación. Al rato, como nadie me decía nada tuve que enfadarme un poquito y me dejaron ir a ver a mi nena. Y resulta que ya no estaba sola mi niña, sino que había una cosita bajo una lámpara. Y me acerqué a mi niña a ver como estaba y sólo me dejó darle un besito, ya que me susurró "vete con Pablo". Así que dejé a mi niña en una incómoda postura mientras le daban unos puntitos y me encontré con un señor que se parece mucho a mí, pero más chiquitito y con la nariz más pequeña.

Me habían dicho que estos señores pequeños son feos y arrugados, con un color muy feo. Pero no, mi niño estaba con una carita preciosa, sonrosadito y sólo tenía las manitas blanquitas. Y lo cogí, cuando me lo empaquetaron para regalo, y unos gruesos lagrimones me cayeron por las mejillas cuando este abrió los ojitos y miró. ¡La primera persona a la que vió mi niño fue a mí!

Bueno, el resto ha sido un poco duro en algunos momentos, dado que para estas cosas no te prepara nadie. Mi niña se puso malita, y yo tenía que cuidar mucho de ella. Pero es que no podía quedarse quietita, dado que cada ratito, el pequeño pedía de comer. Y ahí está papa para cuidar de los dos, y de siete si fuese necesario.

Ahora ya estamos en casita y la cosa ha cambiado mucho. Pablo está más tranquilo, come como una lima (ha salido a papa) y duerme del tirón. Y si no duerme, ahí estamos los dos para ayudarle. Y mamá también está mucho mejor, aunque debería estar un poquito más quieta y dejarme hacer más cosas todavía. Con los pañales nos apañamos muy bien, y es que hace unas cacas muy gordas. El baño le empieza a gustar (y eso que sólo se ha dado tres en su vida) y se pasa mucho rato mirando a todos los lados. Y tiene mucha fuerza, ya casi levanta la cabeza, y cuando estira las piernas se mueve completamente.

No se que más deciros, dado que me ha cambiado hasta la voz. Me he dado cuenta que aporreo ahora las teclas con mucho más amor, como si se fuesen a romper. Y es que tengo que decir que ha sido la experiencia más intensa de mi vida. Lo he pasado muy mal, pero que muy mal con todo lo que ha sufrido mi niña. Pero también he sido muy feliz, con ver a mi niño sonreir, llorar, hacer caritas, hacer caca, pis, pedorretas. Con todo. Y también me hace muy feliz ver a mi niña, sonriendo, con o sin la pequeña cosita en sus brazos. Soy muy feliz.

Besitos.

P.D: ¡¡¡¡¡¡ Este es el post número 100 !!!!!!!
P.D.2: Pesó casi tres kilos y medio, midió más de cincuenta centímetros y nació por parto natural. Todo perfecto.