... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

13 de abril de 2008

Banalitis

Buenas,

la semana se ha terminado y ya estoy hasta afeitadito para mañana el trabajo. Lo más relevante semanal ha sido que ha llovido todo lo que ha querido, en muchos lugares de España incluso ha llegado a la capa freática, lo que quiere decir que los acuíferos se llenarán de nuevo. Como dice el refrán, no llueve siempre a gusto de todos, pero me resulta de tal egoismo los que se quejan de estas lluvias, que ni merecen el comentario de un servidor.

Llevo desde hace unos días queriendo hablar de los embutidos vegetales, dado que los probé y me parecieron muy buenos. Por un lado, desde hace mucho tiempo que tomamos patés. No es que los tomemos mucho, dado que me parecen caros y terminan siendo pesados, pero están bien para algunos momentos. Y lo que comí hace poco y me pareció muy interesante era una especie de mortadela vegetal. De la marca El Corte Inglés, se la compró la mujer de mi padre a Paplo, pero por avatares del destino (y por que estaba cojonuda) no llegó a su destinatario. Viene en lonchitas y son de varios sabores, gustándome todos. A ver si la compro algún día para casa. Muy recomendables.

La tribu del tofu

La semana ha sido dura con muchos altibajos. Lo más destacable, para mal, ha sido una infección que ha tenido Pablo en el pito. Una de esas cosas que si la hubiera tenido yo, mi medio calabacín se hubiera ido con los niños a vivir con mi suegra, pero como la ha cogido Pablo no ha pasado de ahí. Al parecer es muy común, y se llama Banalitis o algo parecido. Le ha resultado muy dolorosa, sobretodo cuando teníamos que sacarle el pus. Os voy a ahorrar detalles, pero decir que la sensación ayer de alegría y flojera cuando conseguí (sentado encima suyo para inmovilizarle) extraer todo el pus no se me olvidará nunca. Lo bueno es que ya lo tiene casi curado, y que no le duele casi nada ya.

Por lo demás, de maravilla. Se arranca a hablar muchísimo más, incluso animándose a regañar a su bisabuelo (que el hombre hace poco caso y se va a costipar). Con Carmen es un super hermano, dándole besitos, ayudando a poner el pañal y mil cosas más. Con nosotros se pone rebelde, pero vamos, cosas de la edad. Una anécdota que ha pasado hace un ratito. Le he dado la cena y no le veía con nada de sueño, así que nos hemos quedado los cuatro aquí jugando. Cuando la niña ha dicho de acostar a Carmen, me ha venido corriendo y me ha dicho "Papa, el bibe, el tete y a dormir". Y ale, a la cama toda la prole. Me le como.

Carmen es muy llorona, pero pensamos que todo viene por los gases. Se retuerce mucho de dolor, se despierta y no hay manera de que tome el pecho, aunque lo intenta. Por suerte, combinando dos posturas de dar el pecho, su madre logra que medio coma de las dos. A ver si se le forma bien ya el interior interno y dejan de darle estos dolores. Por lo demás, está para comérsela. Cuando coge el sueño, lo coge infinitamente más profundo que Pablo, y duerme bastantes horas. Y cuando está despierta sin dolores, te la comes. Como se queda mirandolo todo, con muchísimo interés. Que rica.

En fin, que esto ha sido la semana. Seguro que se me olvidan muchas cosas, pero qué se le va a hacer.

Besitos.

8 de abril de 2008

Vuelven las vacas locas

Buenas,

como lo leéis, vuelve la crisis de las vacas locas. Según se puede leer en muchos periódicos, han muerto dos personas, una por viajar a Inglaterra y la otra por comer sesos. Al parecer, ambas se contagiaron antes que las medidas del gobierno se pusieran en funcionamiento, que el tiempo de incubación es muy largo, por lo que se puede estar medio tranquilo. Medio tranquilo por que si la comiste hace unos años puede que la tengas latente. A lo que iba.

Según estaban contando la noticia, me ha resultado muy violento lo que decían y cómo lo decían. En mi mundo la gente no come sesos, más que en las películas de zombis. Es más, no hay ministras que digan que se puede hacer caldo con la médula de un cerdo, ni hay ministros que emulen a Fraga en Palomares y se coman una vaca a bocados. Por eso, noticias como la de hoy me pone bastante triste, dado que no termino de concebir que la gente siga comiendo animales. Y mira que lo veo a diario, pero no se, que ya lo digan por la radio me ha resultado escandaloso. Será que me hago viejo.

Al hilo de lo que comentamos, ayer me pasó algo similar durante la comida. Un compañero explicaba que él compraba carne ecológica, y no es que me sentara mal, si no que me resulto violento. Violento estar escuchando cómo se mata a una vaca y cómo se come la susodicha. Por cierto, contaron una cosa que me pareció interesante. Al parecer, a raiz de las vacas locas, se prohibió echar las vacas muertas al prado para que se las coman los buitres. Esto ha traído como consecuencia que los buitres se mueran de hambre, dado que la población era mucho mayor que los cadáveres que pueden encontrar por sí solos. Es decir, para evitar que se propague la enfermedad de las vacas locas, se merma un colectivo que de por sí no debería crecer dado que se le alimentaba artificialmente. Lo que más me chocó de toda la historia es que al parecer los ganaderos tienen que pagar por res muerta a una empresa para que esta incinere los restos. Pues esta empresa, en vez de incinerarlo, lo que hace es machacar las vacas, para sacar una harina con la que se alimenta a su vez a otros animales, como las truchas. Luego nos quejamos de los males que tenemos, si es que los vamos buscando.

La tribu del tofu

Tornando hacia temas infinitamente más alegres, Carmen ha cumplido ya su primer mes de vida. Esta muy despierta y divertida, aunque llora bastante por culpa de los gases y de ¡los dos dientes que le están saliendo! Desde que nació parecían cuajados tres dientecillos, pero es que dos se convierten en realidad. Por suerte nos ha explicado la pediatra on-line que no nos preocupemos, que los lactantes ponen la lengua entre la mandíbula inferior y el pezón, con lo que no muerden.

Según mediciones propias, Carmen pesa 4,300 y Pablo 14,850 (y mide 90 centímetros). Según la doctora, Carmen pesa 4.180, por aquello del factor báscula, supongo. El caso es que están los dos estupendamente. Ayer me pasó una cosa super tierna con el peque. Los lunes yo tengo que ir a entrenar a los chavales, con lo que estoy un ratito en casa. Llegué, y como estaba la abuela, me hizo poquito caso. Cuando llegó la hora de irme, vino que no quería que me fuera. Me senté con él a explicarle y nada, abrazado que no quería irse. Total, que le dije "Pablo, ¿te has tomado todo el yogur?" Se le cambió la cara, echó a correr, se dió la vuelta, se me tiró encima, me dió un abrazo y un beso y se fue con el yogur. No se si pensar que le gusta más el yogur que yo, o que las penas con yogur son menos, je, je.

Para ir finiquitando, os cuento la anécdota del otro día con un pediatra. Resulta que los del seguro nos regalaban unas ecografías por el nacimiento de Carmen, para ver que tal está y detectar posibles problemas. Total, que tras hora y media, pues estábamos algo hartos de pruebas, y nos tocaba ya el pediatra. Un señor mayor, mentor de nuestra pediatra on-line, revisó el historial del medio calabacín y vió que era vegetariana. Preguntó que si era vegana, y que si lo fuese la iba a regañar, por que los bebés necesitan proteinas para crecer. Hicimos caso omiso del comentario y siguió la revisión. Como no se había quedado contento con el comentario, al rato aseveró que yo no sería vegetariano. Cuando le dije que no comía ni huevos le pareció que escondo el fuet bajo el colchón. Pero tampoco dijimos nada. Ya al final, cuando casi nos íbamos, nos dijo que Pablo si que comería carne, como muy alarmado. Cuando le dijimos que no, nos dijo que eso era por que él no era su pediatra, que si no.

Ciertamente me quedé con las ganas de sentarme allí con él a que me explicara el porqué de las necesidades que Pablo coma "carne", dado que no me quedan nada claras. Pero como estábamos hartos, el pediatra era harto simpático y no me apetece debatir con todo el mundo, ahí quedó la cosa. Estoy por pedir cita con él sólo para este tema, no dio más.

Besitos.

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