... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

27 de febrero de 2011

Un retrato de Washington


Buenas,

hay que ver como ha cambiado el tiempo de ayer a hoy. Hemos pasado de la camiseta, al forro polar en unas horas. Así que me he dicho "Voy a remover viejas heridas sacando todo el trastero para ordenarlo". El resultado es que tengo ahora el trastero limpio y la casa llena de trastos, además de un precioso dolor de espalda, que lo valora mucho mi fisio. Entre los recuerdos que he rescatado, un calidoscopio que me regaló un amiga hace millardos de años (está un poco roto y con más mierda los cristales que el palo de un churrero, pero sigue molando) y un billete de un dolar. Es curioso el billete, dado que tiene roto un cacho, donde la banda esa que le ponen para evitar falsificaciones.

Otra cosa que he rescatado es un catalejo que me regaló mi padre, cuando trabajaba de bucanero robando los galeones españoles que venían de las américas. Juro que nunca he conseguido ver nada a través de él, más que un dolor de cabeza importante. O está roto el catalejo, o no se usarlo.

Me permito un inciso, que estoy viendo de reojo "Princesas de barrio" y sigo sin saber si es un montaje, si tienen guión o si realmente son así. Baso todo en un episodio pasado donde le desinflaban la rueda a una exjefa suya. Eso es un delito, ¿no? Incisando el inciso, he subido a ver qué le pasaba a mi princesa, y me ha recordado una pequeña conversación del otro día "Carmen, ¿te pica la nalga?" - "No, la pescueza", en lo que se rascaba el final de la espalda. Fina y elegante, como podéis ver.

Se ha descolgado ahora el gobierno con una ley para limitar (temporalmente) la velocidad a 110 kilómetros hora. Mira que suelo estar a favor de estas cosas, pero esta en particular me ha parecido absurda. Seguramente con esta ley se reduzca el consumo de petróleo, pero creo que hace realmente falta algo a un nivel más global. Tras mi repaso al trastero, he tirado un mogollón de cosas, y me he vuelto a dar cuenta de la barbaridad de residuos que generamos, y que finalmente se terminan quemando. Muy absurdo, ¿no? Y es que el progreso nos ha traido que los botellines no sean retornables. Antes, te comprabas una caja de "botijos" y cuando querías más, ibas con la caja "al Jose" y te daba otra a cambio de unas pesetas. Ahora somos demasiado finos para eso, y tenemos que tener dobles envasados (o triples) para todo, envases individuales, botellines de tomar y tirar, etc. ¿Por qué no mete mano el gobierno a esas cosas también? Seguro que algún voceras dirá que es volver a los 60, que patatín y patatán, pero como no frenemos este mundo de absurdez que tenemos, nuestros hijos se la van a tragar doblada.

Uy, que matanza están haciendo de indígenas en "La Misión". A estos si que les vino bien el progreso, si.

Besitos.

P.D: Vosotros sabéis que por cada post sin comentarios, Dios mata a un gatito, ¿Verdad?
P.D.2: He comido un cocido chinchanés y cenado unas tostadas con humus, así que preveo un empobrecimiento de la calidad del aire en la capital para las próximas horas ;-)

26 de febrero de 2011

No animal testing


Buenas,

el día ha comenzado malamente, ya que por segunda semana consecutiva me anula una modelo la cita para una sesión. Y eso que les pago, que si no. Luego dicen que no hay trabajo. ¿Alguna lectora vegeta quiere que le hagan una sesión profesional de fotos? Sólo tiene que tener una mirada realmente bonita y tres horas de aguantarme.

Por suerte, he aprovechado para ir a hacer la compra a un supermercado para mayoristas. En materia de compras, no hay nada que me guste más que tamaños grandes. He tratado de traer a casa un detergente de 10 kilos, pero si me ve el medio calabacín con ese monstruo, me lo inserta por la puerta trasera (una lavativa, que se dice). Total, que he encontrado un gel para el cuerpo, hecho a base de chocolate, del Instituto Español. No es que sea muy de geles, pero todo lo que ponga "No animal testing" lo adquiero. Por suerte no eran tampax. Ahora huelo como Hansel y Gretel en la casa de la bruja, con lo que no se si cuando salga a la calle tendré que espantarme a las mujeres o a las moscas, pero no pasaré desapercibido. Lo rico que huelo.

El resto de la mañana lo hemos pasado Pablo y yo buscando encimas pequeñitas en la parcela de mi suegra, para trasplantarlas a macetas. Once nada menos que hemos cogido con el máximo mimo posible, a ver si conseguimos un encinar de bolsillo. Que curiosa es la vida, de una mínima bellota, a un arbolón enorme. Luego hemos plantado las macetas en la tierra, para que no se sequen demasiado las raices. A ver qué conseguimos. Por el momento, que del trabajo duro se han crujido unas lentejas que no se las saltaba un gitano con pértiga (que poco políticamente correcta es esta expresión, pardiez).

Besitos.

P.D: He encontrado a una antigua amiga por el facebook, a ver si todavía me quiere decir hola ;-)

20 de febrero de 2011

Encebollado borracho de seitán a las recias hierbas


Buenas,

entre los delirios de la fiebre, y por escaquearme un rato de estos pequeños roedores a los que llamo hijos, me metí en la cocina a darle salida a unas bolas de seitán que hice el otro día. Con otro día, me refiero a hacer una semana, y con bolas, me refiero a formas amorfas que estaban tornando en una textura un poco desagradable. Pero por la magia de los fogones, transformé aquello en un alimento rico, rico. Y dado que la cantidad de vino que agregué era suficiente para dormir a un oso adulto (esas formas que gustan ciertos monarcas de asesinar animales), roncamos una siesta de la que me desperté con un sueño que no puedo contar, que hay menores. Viva el vino, que dijo el de la barba.

Encebollado borracho de seitán a las recias hierbas.
  • Una cebolla como una olla (de grande)
  • 2 patatas
  • Champiñones.
  • Seitán.
  • Tomillo y romero.
  • Vino tinto.
El vino depende de los selecto que seamos. Vale un Don Simón o un Marqués del Castillo Viejo en envase tetrapack (o brick de toda la vida), pero un crianza hará del emborrachamiento del seitán una cogorza memorable. Ajustaos los tenaladys o los teno machos, que empezamos.

Fileteamos la cebolla lo más fina posible, en tiras del grosor de un cabello (que no un caballo). Pochamos la cebolla. Es importante que la susodicha sea de enorme tamaño, o usemos dos, dado que un encebollado con una cebolleta, pues parece poco. Una vez pochada, añadimos las patatas. Tenemos que cortarlas en daditos muy pequeños (como la uña del dedo meñique estandar, por ejemplo) para que no se queden duras como la pata Perico. Seguimos friendo la mezcla de patatas y cebolla y al rato (una receta concienzuda, diréis) añadimos los champiñones (con el grosor que os salgan de los ......). Cuando el champi este hecho (no quemado, el fuego lento), llega el momento de echar el seitán cortado también en dados. Sofreimos toda la mezcla, añadimos las recias especias, removemos y coronamos con un chorretón de vino que nos entoligue sólo con verlo. Se le puede añadir agua, aunque haréis llorar a Baco en su templo.

Dejamos la mezcolanza a fuego lento, mejor tapado para que no pierda el aroma, pero lento, sin prisas, que se consuma el alcoholazo y se reduzca la salsa. Servir con bien de pan, que no se si engorda o no, pero es mejor para mojar que el dedo o un plátano, ¿no?

Besitos.

19 de febrero de 2011

Somos marcas ...

... y algunos ases, o mundos deportivos. - El festival del humor nunca acaba, queridos.


Buenas,

hallome frente al ordenador, con un plato duralex color ambar (iba a decir un plato duracel, aunque peor hubiera sido Durex) entre el monitor y yo. Encima del susodicho y eterno menaje del hogar, unas tostadas de pan de molde con cereales de Hacendado. Y culminando dicho conglomerado de harinas y pipas, una cosa llamada fritada de la misma marca (lo que viene siendo un pisto). Si no fuera por que tengo un resfriado patrocinado por Algidol, la vida me sonreiría con la fuerza de Krustie el Payaso. Creo que vivimos dominamos por las marcas, ¿no?

Hablando de Krustie, estos dos días he estado más o menos en casa (ayer toda la mañana en urgencias con el medio calabacín) y me he dado cuenta del declive de Antena 3. Lo que me extraña es que no se hubieran dado cuenta antes. Pongo la tele a media mañana, cuando me apetece ver programas para personas mayores y que aconsejen como pelar un pepino, y veo que están echando la ruleta de la fortuna. Dios mio, no puede ser que una fórmula como esa tenga tirón. Y luego, Los Simpsons, con unos capítulos que tenían aspecto de viejos el día que los estrenaron. Por cierto, Homer para la mala vida que lleva, lo joven que se conserva, ¿no?

"Ha dicho la traviesa y dulce abeja Maya, papá", me indica Carmen viendo la susodicha serie. Se que los tiempos avanzan y los dibujos de mi niñez no tienen por qué gustar a mis hijos. Pero mira, mientras aguantes nos quitamos de Gormities, que son un pedo de lobo siberiano (raros y apestosos). Siempre pasa lo mismo, hasta el punto que un día, diciendole que no se asustase a Pablo me respondidó "Si siempre ganan los buenos, no te preocupes". Por cierto, la abeja Willy tiene una cara de fumeta que no puede con la vida. Y esa hambre que le persigue. A mí no me engaña, no.

Una pequeña encuesta entre mis lectores. Tenemos en casa platos duralex, que horrorizan al medio calabacín pero que yo amo con locura. Son los únicos platos hondos que pueden considerarse así, y no llanos con fondo. Total, que ella los quiere cambiar y yo compraría en mercadillos más y vivir como en la casa de Cuentame. ¿Qué opináis? ¿Debemos dar el paso de rejuvenecer nuestra vajilla? Ansioso estoy de leeros.

Besitos.

P.D: Las tostadas estaban tan buenas que creo que voy a darme otro paseo a la tostadora. Que por cierto, también de diseño modernista, como veis en la foto.
P.D.2: El señor Hacendado, cuando dice multicereal dice "2 cereales por rebanada", y partidos en muchos casos.
P.D.3: Por suerte no tengo dinero como para invertir, por que el señor Ruiz Mateos me inspiraba confianza ...

17 de febrero de 2011

Viviendo en otro mundo


Buenas,

hoy he terminado un curso de iluminación fotográfica que me ha sido muy útil. Útil por lo que he aprendido y por la experiencia. Ha sido como pasar un tiempo en otro mundo, un mundo paralelo, que está aquí, pero al que no todo el mundo puede acceder. Como muestra, esta noche hemos tenido clase en la casa de uno de los profesores, que básicamente ha dedicado su vida a fotografiar mujeres desnudas. Y de repente, con su permiso y casi exigencia, nos ha mostrado la foto que le hizo a una de las compañeras del curso. Una cosa, siempre a mi entender, chabacana y basta. Esto si, que foto más chula técnicamente. Pero que bastez. Ahí la moza espatarrada, en una postura antinatural a más no poder. Nada que ver con pornografía, si no con algo chabacano. Pues la chica emocionada contando la experiencia y dando detalles que no debíamos saber nadie. En fin, otros mundos.

Volviendo a mi mundo, que no es mucho más refinado, pero si familiar, tengo un trancazo del siete. Y además, estoy resfriado. He ido hoy a mi médico de la seguridad social, que es de esos que piensan que ha venido Asclepio (Dios griego de la medicina, según la wikipedia) con su báculo y le ha elegido como a su favorito. Un tipo de esos que ni te miran mientras hablas, y que sentencian de todo sin más base que la del contenido de su escroto. Le cuento detalladamente lo que me pasa, y me dice "Entonces, ¿para qué has venido?". Ganas me han dado de decirle que para cagarme en sus muertos. Total, que me ha concedido el don de una receta y un diagnóstico "Virus", que es como cuando un fontanero dice "Hay que sanear" o un informático "Hay que reiniciar". Vamos, nada que no se cure sólo.

Por lo demás, la cosa va bien. Voy a tratar de sacar adelante mi "Proyecto Berenjena", donde me gustaría retratar la vida de mujeres vegetarianas. Ya veremos como sale.

Besitos.

P.D: Le pregunto al médico que si esto se contagiaba a los niños y me dice que él también tiene hijos. Que no hay que tenerlos en una urna de cristal. Para aporrearle hasta sacarle por las antípodas.

14 de febrero de 2011

Twitereando


Buenas,

Quien quiera seguir la vida de la tribu del tofu, tiene que irse a Twitter:

Que esto de escribir cosas largas cada día me da más pereza. Además, la inmediatez de publicación de las declaraciones de los peques de la casa es abrumadora. Pero como se ha pedido por aclamación popular (vale, no llega a aclamación, más bien a murmullo leve) una vuelta, pues aquí estoy.

Este fin de semana estuvimos en la Capital del reino español, a la caza de productos originarios del lejano oriente. Vamos, que fuimos a un supermercado oriental que hay en Príncipe Pio. La aventura comenzó en la estación de cercanías donde me dice Pablo, muy serio "Papa, eso no es un agujero, es el tunel del tren". Con estos niños hay que ser más preciso que en una cirugía cerebral, madre mía. Si no habéis estado en el supermercado este, os lo recomiendo para la adquisición de productos complejos de encontrar. Cierto es que va contra varios de mis ideales, pero no soy un ejemplo de coherencia ni de rectitud. Compramos como 50 latas de gluten frito, que no es que sea la novena maravilla, pero oye, con arroz y una salsa Korma (una picante con curry y leche de coco) está de rechupete. Y si, cuando compro, compro. Otra cosa que compré es el gluten en polvo, para hacer seitán. Una maravilla de comodo y de limpico hacerlo así frente a partir de la harina. Hice seitán ayer por la noche como para enterrar a un gorrino pachón en pan rallado. Y Pablo entretanto metiendo la mano por debajo para comerse el pan rallado que se me caía. Cualquiera que le viera pensaré que no comiere desde que escribiere el autobiográfico Lazarillo, je, je.

Luego fuimos a comer al Loving Hut, que se come de perillas, que diría el perillán de Don Pantuflo. Y los peques se portaron estupendamente. Nos pasó algo muy curioso. De primero pedimos crema de calabaza para ellos y se la comieron muy bien. Y de segundo era "pato" con una salsa y arroz. Bueno, no quisieron probar el "pato", ni siquiera Carmen, que se come los pepinillos mojándolos en el vinagre para que tomen sabor. Me sentí muy orgulloso, de la manera más tonta, cierto, pero orgulloso. Sobretodo por que lo comimos ayer esas sobras, que las ponen para llevar, muahahahaha. Lo del postre fue tremendo. Se fueron los dos a hablar con las camareras sobre qué tenían para rematar la comida. Al rato de ver que no volvían fui a investigar y ahí estaban, como los reyes del Mambo. Cada día estoy más por los sitios "children friendly" o en castellano, que les gusten los niños. Que majas las dos chicas, y qué rancio el padre, que quiso pegar la hebra la camarera, y no la di pie. Finalmente, le trajeron a Pablo una tarta de chocolate con chocolate, recubierta de chocolate y coronada por chocolate que se le cayeron dos dientes del susto. Con decir que nos la pusieron para llevar, dado que fue imposible si quiera comerse una cantidad significativa como para que pareciera que había comido algo.

De vuelta a casa, con la panza llena y medio somnoliento (volvíamos en coche) dice con los ojos fuera de las órbitas "Mirad, un barco volando". Se refería al teleférico de Madrid ;-)

Besitos.

P.D: Ayer estaba metiéndome con Carmen en la bañera y me dice "Tu a hacer la cena". Ay, si ya me mangonea con 2 años, ni pensarlo con 15!!!!

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