... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

30 de junio de 2009

Una de manitas

Buenas,

hoy quería compartir con vosotros las manitas de los peques. Es un tema fascinamente mirar como una manitas regordetas, de deditos cortos y rechonchos, funcionan. Como meticulosamente cogen cositas diminutas del suelo, abren botellas o simplemente te cogen los pelillos de las patas cuando le das el biberón, jajaja.

Aquí a la derecha tenemos a Carmen comiendo sandía. Con Pablo cometimos el error de darle la fruta sólo en puré y muy pocas veces entera. Ahora no hay quien consiga que coma melón o sandía. Pero con Carmen no tropezamos de nuevo, y alegría comedora de frutas. Y por ahora se la damos troceada, pero en dos días se coge el cuchillo, se sienta mano a mano con la sandía y escupe de colmillo las pepitas a que resuenen contra la escupidera. Da gloria verla comer ella solita. Ale, ya me he emocionado. Si que estamos buenos.

A la izquierda otro tipo de manitas. Ya más estilizadas, más hábiles. Lástima de uñas inexistentes, pero no va a ser perfecto el mozo. Ayer estuvimos comprando un juguete educativo para las tardes de canícula (que no Calígula) y le gustó uno de equilibrio y pensar. Es un delfín de madera panza arriba sobre el que se ponen cilindros de 3 radios diferentes. La idea es que no se caigan cuando los pones tu. No imaginaba que Pablo fuese tan mañoso, hasta el punto de ganarnos. Y eso que yo no dejo ganar ni a Dios que me me lo pidiera de rodillas. Pues el mamonazo este me ganó ayer, je, je.

El juguete la verdad que nos costó bastante caro (a mi modo de ver) pero merece la pena. Es de calidad, incluso la caja para guardarlo. Ya veremos cuando Carmen lo vea si es de tanta calidad como parece.

Besitos.

29 de junio de 2009

Retazos de Londres, capítulo 2

Buenas,

prosiguiendo con el viaje a Londres, una noche pululando por los mejores barrios de susodicha ciudad, dimos con los huesos en este local de alta alcurnia. Desde fuera puede parecer exactamente lo que es, una cutre hamburguesería como las que había antes en todo barrio cuando los Mc Muerte y similares no existían. Me estoy acordando de la de mi barrio, llamada "Pancho's". Un inspector de sanidad hubiera muerto del gusto, o por lo menos se le hubiera acabado la tinta de apuntar defectos. Empezando por el gato pululando por todos los sitios y terminando por la fregona con la que limpiaban los suelos, las mesas y la plancha (lo juro por Arturo que aquí mismo le salgan ladillas como cangrejos de rio si miento). Qué recuerdos del Pachos.

A lo que iba, que este local cumplía gran parte de las cualidades necesarias. Para empezar, local mal iluminado, con aspecto poco acogedor. Camarera encantada con su trabajo, que te servía con gana y garbo, propia de una estatua de bronce atada a una columna. Qué poca gana de trabajar. La comida ciertamente estaba más o menos buena, no mataba, pero se dejaba comer. Los cubiertos son los que todos tenemos en las manos (salvo mancos). Con lo que nos encontramos con el culmen de la normalización vegetariana. El hecho de poder comer una hamburguesa en precarias condiciones, cuan cualquier ser humano occidental.

Como datos curiosos, se llama Red Veg por que es de estética comunista, con dibujos de líderes de dicha ideología por todos lados y demás símbolos. Luego casi todo es vegano, con excepción de la mayonesa (hay un cartel enorme que lo indica). Y por supuesto no hay coca colas, si no bebidas extrañas con burbujas de esas que según entran salen en formato gaseoso.

El veredicto es que me encantó el sitio. No por la comida en sí, si no por la sensación antes comentada. Ahora mismo me comía una hamburguesa de esas, mano a mano con la camarera, no digo más.

Besitos.

2 de junio de 2009

Lentejas de las redonditas

Buenas,

tras la anécdota de hace un tiempo con Pablo agarrado al frigorífico llorando desconsolado "quiero espinacas, quiero espinacas" que mi madre cuenta con gran orgullo de vez en cuando, vamos a derribar otro mito. La comida preferida de Pablo sin lugar a dudas son las lentejas. Pero no cualquier lenteja, si no "de las redonditas". Pensaréis que todas lo son, pero Pablo a lo que se refiere es que no las quiere en puré, si no enteras. Me le como.

Por cierto, hace tiempo mirando por Hipercor encontré unas lentejas en bote que no tienen ni conservantes ni colorantes, y que todos los ingredientes pintan bien. A mí me encantan, y dado que sólo tenían de especias pimentón dulce, también las come Pablo. De esta marca tienen también garbanzos que no me gustan en exceso, y judias que están de muerte también. El bote de lentejas sale por 1,20 € más o menos, y el de judias o garbanzos como 1,40€, así de memoria. Un precio razonable, a mi entender.

Otra cosa que se me olvidó contar el otro día, cuando fuimos al médico con Pablo. Conversación en la guarde:

Pablo: Papa, he vomitado.
Yo: ¿Estás malito?
Pablo: No, es que las cositas verdes me has sentado mal.
Yo: ¿Qué cositas?
Pablo: Es que el arroz tenía cositas naranajas y verdes, y las verdes estaban malas.

Queda claro que los guisantes no le gustan, muahahahaha.

Por cierto, la doctora tenía apuntado que Pablo era vegetariano y nos estuvo comentando las cosas vegetarianas que podía comer el peque. Más maja ella.

Para terminar, Carmen lleva unos días horribles. Entre el calor que hace, y que le están saliendo los colmillos, vaya racha. A ver si mejora, por que está para comerla. Ñam, ñam.

Besitos.

P.D: Otro día la noticia de las legumbres, que con la crisis se comen más. Y según he leido las cantidades anuales, me parecen irrisorias. ¡Viva la pirámide nutricional!

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