... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

9 de julio de 2008

Los documentales de la 2

Buenas,

anoche casualmente (también conocido como el fenómeno "me aburro") dí con un documental de esos de animales de La 2. Rara hora, que suelen ser documentales de esos de leones devorados por moscas, muy adecuados para la hora de la siesta. Pero este documental no es de ese estilo, si no que habla sobre la fauna y flora del Sur de España. Al parecer es una serie de 4 documentales llamado "Tesoro del Sur" y es altamente recomendable.

Me quedé viéndolo, además de por que no había nada más, por la impresionante fotografía de pajaros que estaba sacando. Por cierto, la voz del narrador es espectacular, de esa que te hace sentir el documental. Muy bueno. Os dejo un momento muy bonito, que es el parto de una coneja. Me pareció super tierno, y es de esas cosas que dices, "¿quien puede comer conejo tras ver esto?". En fin:



Lo que quería contaros es otra parte del documental. Hacia el final habla de los toros, y me gustó mucho la visión que dio. Comentó que más allá del debate ético sobre las corridas de toros, lo que no se puede negar es el valor ecológico de la cria del toro bravo. Me esperaba yo que comentase otra cosa, pero dijo que gracias a la cría de toros bravos, se consigue mantener espacios vírgenes para que vivan otras especies, como son el lince ibérico y los conejos. Comentó que es gracias a las corridas que se consigue que la cria del toro sea algo rentable económicamente. Es decir, que si eso dejase de ser rentable, el propio ser humano rápidamente buscaría el modo que lo fuese, posiblemente construyendo chalets y destruyendo el hábitat de especies como el lince ibérico.

Como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga. El sufrimiento del toro hace que puedan vivir otras especies que si no aniquilariamos tranquilamente. Por cierto, el señor narrador le dió un repaso al ser humano que nos dejó a la altura del betún. También comentó que la falta de entendimiento político hace que sea muy posible que se pierdan estos ecosistemas. Una pena. Aunque más pena es no encontrar ese corte, que lo explicó mucho mejor que yo.

Noticia de última hora, ¡he encontrado el corte! Que ilusión. Además en este corte he encontrado otra perla que le deja al ser humano. Este narrador se ha convertido en mi ídolo.



Besitos.

6 de julio de 2008

¿Aprovechando el tiempo?

Buenas,

estaba ayer pensando (por eso me notaban como estreñido) si realmente aprovechamos el tiempo o no. Es decir, el tiempo que se pasa con los hijos evidentemente está aprovechado, pero tenemos muchos momentos de no hacer nada que seguro se podrían aprovechar mucho mejor. Por ejemplo, yo me paso muchos fines de semana en casa de mi suegra (viva mi suegra!!!) y cuando vuelvo para casa, siempre me queda la idea que he perdido gran parte de mi tiempo en no hacer nada. Y es un tiempo que no va a volver. Lo que me lleva a otra reflexión, que es que si con estas pérdidas de tiempo hago todo lo hago, si no perdiera ese tiempo parecería que tuviera siete u ocho vidas.

Y, ¿en qué se podría aprovechar todo ese tiempo? A mí por ejemplo me gusta hacer cosas que perduren en el tiempo. Por eso me gusta hacer fotos, grabar pequeños videos y sobretodo escribir. Si te dedicas por ejemplo a cultivar plantas (que también lo hago) un buen día puedes encontrarte que no tienes nada por que se te han secado, pero si escribes mucho, siempre podrás releer lo escrito. ¿Y para qué os cuento todo esto? Pues ni idea, es que se me pasó ayer por la cabeza y hasta que no lo escribo no sale de ella.

Hablando de temas verdes, esta semana nos hemos encontrado con un anuncio que la verdad me ha mosqueado bastante. Nada que ver con el de Campofrio y esos vegetarianos prototípicos, no señor. Hablo del anuncio de CajaMadrid que cuenta que si desapareciera su ayuda, desaparecería el acueducto de Segovia, los turistas y los cochinillos. Y nos sacan a unos preciosos cochinillos comiendo amapolas. Pelín indignante desde nuestro punto de vista.



Pero bueno, quizá alguien se de cuenta que el cochinillo sonriente tiene como fin el plato (que suelen tener aspecto macabro, todo sea dicho).

Por cierto, que no se me olvide. Últimamente recibo muchos comentarios de gente nueva, y me sorprende bastante. Sobretodo la cantidad de gente que entra, como se suele decir, a tocar los cojones. Antes, cuando escribía a diario, nadie entraba, pero ahora es muy común que todas las semanas alguien trate de demostrarme lo malvado que soy. De verdad, entra gente con muchos prejuicios hacia los vegetarianos que trata de contarme que si me creo superior a alguien y pamplinas de esas. A mí que me la trae al pairo. Pues aquí vienen. En fin, sólo decir que en blogger hay un bonito botón que pone borrar que borra en dos clicks. Y no es sólo que no quiera discutir con gente que no conozco de nada, es que este blog a fin de cuentas en más de mis hijos que mio, así que no me mola nada que se enguarrine.

Dicho esto, pasemos a temas serios. Hace tiempo os conté que estaba detrás de una cámara nueva. No es que la que tengo ahora sea mala, pero creo que ya tengo que dar el paso a una reflex y las maravillas de los cambios de objetivos. De momento ya he pedido la cámara por Internet a un buen precio (carisísimo) y estoy a ver si me la traen. Que mucha crisis, mucha crisis, pero tienen agotada por excesiva demanda una cámara de más de mil lereles. Y estoy ya ansioso de comprarme un objetivo de esos Macro, y me tienta tremendamente uno de esos de ojo de pez (aunque este tendrá que esperar). Hablando de ojos, no precisamente de pez, el otro día se metió en la parcela suegril una dinosaurio:

Que susto, un tiranosaurio rex de esos na menos.

Volviendo a temas todavía más serios. Si el otro día comentábamos que Pablo tenía más miedo al agua que una camada de gatos, la situación ha cambiado radicalmente tras dos semanas de intensivo trabajo en la pileta. Ahora nada sólo con su churro, pero nada sin parar. Se hace sus largos en la piscina de mi suegra, que no es olímpica, pero que para un niño de dos años debe ser como atravesar el estrecho de Gibraltar tres veces. Luego pongo el documento gráfico. Por otra parte, Pablo está tremendo. El verano le ha afectado al sistema motor, lo que hace que parezca que tengamos gemelos en vez de un tierno y adorable querubín. Se mueve más que un garbanzo en la boca de un desdentado. Además que ahora le estamos acostando a horas indecentes, pero entre el calor y que no tiene sueño, sino no hay manera de que se duerma.

Carmen es la que está preciosa a más no poder. Y tiene un adelanto para su edad que no es normal. O eso, o que se me ha olvidado cómo era Pablo. Ahora mismo la tengo a mi vera, que se ha despertado de la siesta, y está tratando de sentarse. Se coge de los piececitos y tira para arriba con fuerza. Y si la incorporas un poquito se queda medio sentada. Y si a eso le sumamos que apoyada en ti, se queda de pie, pues la veo motrizmente una bestia. Además está de un sonriente que no puede más, aunque bien es cierto que sigue llorosa. Lo que le pasa es que la vida va despacio para ella, y ya quiere andar, hablar y socializarse en general. Y como no puede, pues llora. Ah, y ya pesa con sus 4 meses cumplidos ayer, 6,230 kilos, que no es mucho, pero así no tendrá que ponerse a dieta ;-)

Ya para ir terminando, comentar que me parece increible la relación que tienen entre ellos dos. Carmen no se deja hacer de todo, y rápidamente se enfurruña y llora. Pues bien, con Pablo todo le va bien. Y cuando digo todo, digo todo. Un par de anécdotas. El otro día me quedé sólo con los dos por la noche. Estaba Carmen llora que te llora y Pablo jugando por ahí. Tenía que subir al piso de arriba, así que le dije a Pablo que cuidase de ella. Subo corriendo y arriba dejo de oirla llorar. Pienso "la ha puesto un cojín encima". Bajo corriendo que casi me caigo por las escaleras y cuando llego está Pablo sentadito a su lado, los dos riéndose y Pablo me dice "Ya no llora". Increible, si me lo cuentan no me lo creo. Por otro lado, ayer estaba Pablo en la piscina y Carmen en el borde con su abuela. El agua de la piscina está fresca, y tratamos de meterla los pies y se puso a llorar. Total, que sale Pablo del agua, la da un abrazo todo mojado y la tia muerta de la risa. Ni un lloro, ni un puchero, ni nada malo. Alucinante.

En fin, que lleno esto de babas. Os dejo un atardecer piscinero.

Besitos.

P.D: Que no se me olvide contaros el próximo día mi experiencia en urgencias del hospital de campaña Montepríncipe.

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