... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

28 de mayo de 2009

Amor verdadero

Hola, me llamo Íñigo Montoya, tu mataste a mi padre, prepárate a morir.

Buenas,

una de las cosas que nos enseñó la película de "La princesa prometida", además de la frase inicial, es que el amor verdadero puede hacer que una pareja de seres raros nos resuciten con un caramelo sabor a chocolate del tamaño de un huevo de gallina, para ir a cumplir venganza. O algo así.

El tema es que Pablo está malito del estómago y le he dicho que no de besos a Carmen, para que no la contagie. Y estaban abrazaditos y ha dicho "Carmen, besos no te puedo dar, pero amor si". Ha subido el vecino para denunciar la mancha de humedad - baba que le he hecho. Me los como.


En fin, como decía, amor verdadero.

Besitos.

P.D: Ese momento no es óbice para que ahora mismo estén pegándose por un coche, claro ;-)

26 de mayo de 2009

Retazos del Londres, capítulo I

Buenas,

os presento a mi amiga ardilla que os va a guiar por este apasionante viaje. Les ruego mantengan las manos a la vista y no fumen durante el trayecto. Promete ser de lo mejorcito que se pueda leer.

Resulta que hace un par de semanas, los cabezas de familia de la tribu del tofu empaquetaron a la prole con rumbo "al pueblo" y salieron en un vuelo de compañía low cost hacia las islas. Si, la pérfida Albión donde los elementos derrotaron a la no demasiado armada invencible. No es que fuéramos a recuperarla, pero con lo que pude comer allí, creo que arruiné uno o dos campos. Ya veréis. Por cierto, viajar en low cost es para seres humanos de tamaño reducido. A mí tuvieron que desencajarme del sillón con un calzador King Size que creo que Easy Jet tiene para estas ocasiones. Al lio.

En esta primera parte, sólo voy a contaros un lugar para comer allí, que descubrimos el último día que era una cadena. Se llama "Thai Veg" o algo así, y se define como "Buffet vegano" de comida oriental. El primer día, el medio calabacín no quería entrar, pero dado que estaba pegado con un perro de esos que van con ventosas al cristal del local, no tuvo más remedio que entrar. Era eso o sacar la rasqueta de quitar el hielo del coche. "All-you-can-eat" ese debería haber sido el slogan de Obama, no el "You can". Que se lo apunten los políticos. Nada más entrar, te sale la muchacha oriental que te lleva a una mesica, te da la carta de bebidas y te dice que comas hasta que revientes. Nunca pensaría la pobre que apunto estaba de tener su primer caso.

Increible el buffet, increible. Todo de tipo de productos elaborados con materiales como seitan, soja texturizada y demás que ni investigamos el nombre. Todo vegan, repetía la señora. Incluso había unos "langostinos" con la parte rosa pintada que luego veréis como daban el pego.

No recuerdo nada que estuviera malo en ese sitio, salvo el postre, que me vino a decir la señora que era alubias dulces. ¡Valgame Dios! Si eso es dulce, ¿qué será para esa buena mujer "insípido"? Como chupar una babosa. Pero el resto, de 10.

Comer salía por unas 7 libras, que vienen a ser 8,5 leuros. Os aseguro que sale a cuenta. El primer día que fuimos pensé que no podría levantarme, sobretodo tras el suculento postre. Además, de vez en cuando la señora pensaría que no sería capaz de llegar al buffet, con lo que me venía a traerme la especialidad de la casa a la mesa. Juraría que estaba cebándome de cara al otro local llamado "Pork buffet" o algo así, je, je.

Anecdóticamente, decir que al lado del hotel teníamos otro local de estos, que es cuando vimos que era una cadena. Bien, este estaba también lleno, pero al lado había un "Meat Buffet" que se anunciaba como "Toda la carne que puedas comer" y estaba vacio. Que alegrón más grande ver el vegeta lleno hasta arriba y los de la carne comiéndose las mucosidades de la nariz.

Estuvimos dos veces en el local, y la segunda vez que fuimos la señora se acordaba perfectamente de nosotros. Seguro que es por nuestro porte y gallardía, no por haberle dejado las bandejas limpias a lengüetás, muahahahaha.

Resumiendo, local 100% recomendable, que encontré gracias a HappyCow.

Besitos.

P.D: Las fotos de los platos son bastante elocuentes con respecto a la variedad de comida. Lo mejor de todo, una patatas con una salsa que se me ponen los vellos como escarpias sólo de pensar en ellos.

25 de mayo de 2009

De boda con menú vegano

Buenas,

la gloriosa tribu del Tofu asistió esta semana al evento programado como "Enlace matrimonial de los fulanos y los menganos" en la gloriosa bololandia (Toledo). Claramente lo más interesante para mis queridos lectores fue la cena, pero os cuento un par de cosillas previas de lo más graciosas.

Dada mi última afición fotográfica me lleve la cámara y estuve tirando unas foticos. Que iban los peques de guapos que hasta el sol salió a verlos, y pasamos del diluvio universal a un sol tremendo que les iluminaba que parecían ángeles. O algo así. Total, que estuvimos viendo la ceremonia, donde Pablo llevó las arras sin que le tocase, pero él dijo que le diesen a él esos amarracos que iba a montar una partida en la sacristía a ver si le sacaba los cuartos al cura. Angelico, si llega a saber el cura que no está bautizado le pilla de la pata y me lo cristianiza por el método expres de inmersión en pila. Carmen por su parte llamando la atención de media iglesia, que estaban más pendientes a sus monerías que a la ceremonia. Aquí la tenéis, que en cuanto vió la alfombra roja se me vió en Hollywood y le entró la timidez.

Total, que salieron los novios, tiraron los pétalos de rosas, todo felicitaciones, besos, abrazos, mentirijillas piadosas ("la novia más guapa que he visto nunca" o "qué madrina más joven, he dudado si no sería la novia"). Yo me puse a hacer foticos a los grupos de amigas del medio calabacín (que pretendían que las sacase a ellas igual de guapas que a ella, están locas) y demás. Ya para terminar, perseguí a la familia política para hacerles una fotico junto a la novia, que a fin de cuentas es su familia. Y de paso que saliesen los peques, que muchos de ellos se marchaban. Total, que me llega el fotógrafo muy ofuscado dicíendome que estas cosas no se hacen así, que hay muy mala luz y que esto se tiene que hacer en otro sitio. Me quedo allí muertecico. Le dejo que haga sus fotos protestado y me pregunta un cuñado que por qué no hago la foto. Conversación:

Yo - Estoy esperado a que termine él.
Fotógrafo pasado de peso: Si molesto me voy.
Yo: Por mí.

que entiendo que es su pan, pero el que persiguió a todo el mundo y les puso a cada uno en su sitio fuí yo, no él. Y que él iba con un camarón y yo iba con mi camara normalita.

Dejando de lado este momentazo, a lo que íbamos, la cena. Le pedimos a la camarera que nos pusiera otro cubierto en la mesa por que un primo de Pablo quería cenar con él. Y ya de paso le dijimos que él era vegetariano y que si le podía hacer una tortilla. Y ya le dijimos que nosotros eramos los vegetarianos. Ella nos dijo que tenían apuntado que éramos veganos y que no había problema. Qué cosas, pensé que para la mayoría de la Humanidad vegano era habitante de Vegan, pero no.

El menú:

1.- Ensalada de cebolla, zanahoria, tomate y pepino, aderezado por aceite de oliva y vinagre de Módena. Ciertamente el aspecto no auguraba nada bueno, pero estaba rico. Buen comienzo, sinceramente.
2.- Espárragos a la plancha. El nombre tampoco prometía, pero eran espárragos trigueros pequeñitos, de esos que coges tu cuando vas al campo, con una sal de forma muy extraña, como de techo de casita. Estaban deliciosos, pero me hubiera comido 7 matojos más.


3.- Arroz con verduras. Estaba bueno, sin más alardes, con sus ramitas de azafrán y todo. No me terminó de matar del gusto, pero desde luego que el plato estaba elaborado.

4.- Y de postre, tachán, tachán, fuente de frutas que cortaba el hipo. El medio calabacín cambió el plato con su hermana por un helado de tomillo y una bola de chocolate. De muerte mortal, con sus moras, frambuesas, fresas, piña, melón y unas bolitas rojas amargas como la muerte.


Con lo que tengo que decir que es una de las bodas en las que mejor he comido nunca. Quizá falló la cantidad, pero no se puede estar en todo. De entrante, como llegamos tarde, sólo pillamos unas brochetas de setas que quitaban el hipo.

Pablo tuvo también un buen momento. El menú infantil era de tortilla francesa, calamares y croquetas de primero, de segundo filete con patatas y de postre tarta y helado. A él le trajeron la tortilla (nunca vi tortilla mejor hecha) y de segundo le traían el filete y les dijimos que sólo patatas. Estaba su primo comiendo el filete, y Pablo señaló y dijo "Yo de esto no como". 30 kilos de orgullo paterno hicieron que me explotase el traje como a Hulk y que mi cuñada necesitase de un médico en la sala con diagnóstico "botones incrustados en frente". Muahahahahaha, muertecico me quedé de placer.

El menú para el resto del personal fue bastante protestado, con el llamativo comentario de "este pescado parece más de hospital que de boda". Ese mensaje deberían captarlo en los hospitales, que se puede mejorar el menú, ¿no?

Como colofón de la noche, Carmen se durmió como siempre a eso de las 9, y a las 12 se despertó a tomarse el bibe, pero vió algo raro (gente bebiendo, música, luces) y se unió a la fiesta. A rastas tuvimos que sacarla del baile, madre mía que bailonga.

Besitos.

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