... o por la sección de "Otros paises de Carrefour" que viene a ser lo mismo.
Buenas,
sección de "padre baboso por hijos preciosos". Vamos al Mercadona a por cosillas de última hora. Además de comprobar que la levadura fresca se ha terminado, igual que la harina, he comprado unas nueces que espero que me duren para hacer una pastel de esos de chocolatazo que se acumulan toda la vida en la panza. Pero ese instante en la boca, donde los jugos gástricos explotan en un orgásmo cósmico, hay que estar ahí para vivirlo. A lo que iba, que me ahogo en saliva.
En la cola para pagar del Mercadona, Pablo sacando las cosas como un loco de la cesta y poniéndolas en la cinta:
Señora anónima: Que buen ayudante.
Medio calabacín: También pone y saca la lavadora.
Muahahahahahaha, me encantan estos momentos de a ver quien la tiene más larga. Lo mejor es que es verdad, que mete la ropa en la lavadora y la enciende. El tema del suavizante lo dejamos para cuando cumpla los tres años, jijiji.
Otra tontá de estas. Vamos para la bañera y le digo "Pablo, al baño" y me responde "al baño ... María". Jajajaja, que grande es mi peque. Por cierto, el otro día le compramos una lamparita de lectura, que le pegamos a la pantalla una tira de Nemo y ya no da la luz de arriba. La unión de los hermanos está cerca. Cuando volvamos de la nochebuena en casa de mi madre, si no fallecemos antes por sobrecomilona. Que hambre sólo de pensarlo.
En el sector "pepitos" (sexo femenino de modo cariñoso en la casa Chinchán), Carmen está tremenda. Ahora mismo tiene tal panza que no sólo no se ve el pepe, si no que los pies ni sabe donde están. Le hemos puesto un GPS en los zapatos para que pueda andar. Y es que come como una fiera, y duerme como un tronco, y a mí se me caen los palos del sombrajo, ¿por qué? Porque ya dice "Papa", "Mama", "Abuá", "Tete", "Bibe" y alguna palabra más. Con 9 mesecitos que tiene. Que rica mi niña, lo que se puede reir la preciosidad mia. Y lo que interactúa con Pablo, y no sólo para tirarle del pelo. Que por cierto, la paciencia que tiene mi peque grande.
Hablando de nuevo del sector "cachiporra", creo que ha sido nominado Pablo como el niño más bueno del mundo. Cuando le das un aspito (gusanito gigante), en vez de comérselo como un hurón, lo parte por la mitad y se lo da a su hermana. Y hoy le ha dado a la chica que nos limpia la casa uno de sus chocolatitos preciados (uno al día), sin que nadie le dijera nada. A veces me da miedo. En la parte "peligrosa" hoy le estaba dando a su hermana un trozo de quorn que ella no puede comer. Evidentemente no es su culpa, pobrecito mio.
Voy a por el mocho para fregar las babas y en seguida estoy con vosotros. Os dejo una fotito entre tanto.
Jolines piticlines, al final si he tenido que coger el mocho de verdad, que sale agua del frigo y estaba la cocina medio inundada. Qué vaina. Bueno, poco puedo hacer ahora con este tema.
Hablando de temas vegetas, volvemos al título del post. Uno de los lugares que están tomando protagonismo en los supermercados son los productos de otros paises. Es lo que tiene la globalización. Para nosotros nos ha venido bien, dado que llegan cosas como los fideos chinos, comida preparada para vegetarianos y cositas como este paté vegetal rumano que está ciertamente bueno.
Cuesta euro y poco, y sus ingredientes están llenos de "E-" pero ...... es 100% vegetal. Este en concreto lo encontramos en el Carrefour, y está buenísimo. Altamente recomendable. Y nada de una latita diminuta como las que venden en España habitualmente, cuarto de kilo de paté. Buena opción para entrantes navideños.
Otra opción es el humus del Mercadona, que ahora lo tienen donde las salsas. Bastante bueno también.
Y para terminar, la receta del día. Hoy:
Romanescu al horno
Buenas,
sección de "padre baboso por hijos preciosos". Vamos al Mercadona a por cosillas de última hora. Además de comprobar que la levadura fresca se ha terminado, igual que la harina, he comprado unas nueces que espero que me duren para hacer una pastel de esos de chocolatazo que se acumulan toda la vida en la panza. Pero ese instante en la boca, donde los jugos gástricos explotan en un orgásmo cósmico, hay que estar ahí para vivirlo. A lo que iba, que me ahogo en saliva.
En la cola para pagar del Mercadona, Pablo sacando las cosas como un loco de la cesta y poniéndolas en la cinta:
Señora anónima: Que buen ayudante.
Medio calabacín: También pone y saca la lavadora.
Muahahahahahaha, me encantan estos momentos de a ver quien la tiene más larga. Lo mejor es que es verdad, que mete la ropa en la lavadora y la enciende. El tema del suavizante lo dejamos para cuando cumpla los tres años, jijiji.
Otra tontá de estas. Vamos para la bañera y le digo "Pablo, al baño" y me responde "al baño ... María". Jajajaja, que grande es mi peque. Por cierto, el otro día le compramos una lamparita de lectura, que le pegamos a la pantalla una tira de Nemo y ya no da la luz de arriba. La unión de los hermanos está cerca. Cuando volvamos de la nochebuena en casa de mi madre, si no fallecemos antes por sobrecomilona. Que hambre sólo de pensarlo.
En el sector "pepitos" (sexo femenino de modo cariñoso en la casa Chinchán), Carmen está tremenda. Ahora mismo tiene tal panza que no sólo no se ve el pepe, si no que los pies ni sabe donde están. Le hemos puesto un GPS en los zapatos para que pueda andar. Y es que come como una fiera, y duerme como un tronco, y a mí se me caen los palos del sombrajo, ¿por qué? Porque ya dice "Papa", "Mama", "Abuá", "Tete", "Bibe" y alguna palabra más. Con 9 mesecitos que tiene. Que rica mi niña, lo que se puede reir la preciosidad mia. Y lo que interactúa con Pablo, y no sólo para tirarle del pelo. Que por cierto, la paciencia que tiene mi peque grande.
Hablando de nuevo del sector "cachiporra", creo que ha sido nominado Pablo como el niño más bueno del mundo. Cuando le das un aspito (gusanito gigante), en vez de comérselo como un hurón, lo parte por la mitad y se lo da a su hermana. Y hoy le ha dado a la chica que nos limpia la casa uno de sus chocolatitos preciados (uno al día), sin que nadie le dijera nada. A veces me da miedo. En la parte "peligrosa" hoy le estaba dando a su hermana un trozo de quorn que ella no puede comer. Evidentemente no es su culpa, pobrecito mio.
Voy a por el mocho para fregar las babas y en seguida estoy con vosotros. Os dejo una fotito entre tanto.
Jolines piticlines, al final si he tenido que coger el mocho de verdad, que sale agua del frigo y estaba la cocina medio inundada. Qué vaina. Bueno, poco puedo hacer ahora con este tema.
Hablando de temas vegetas, volvemos al título del post. Uno de los lugares que están tomando protagonismo en los supermercados son los productos de otros paises. Es lo que tiene la globalización. Para nosotros nos ha venido bien, dado que llegan cosas como los fideos chinos, comida preparada para vegetarianos y cositas como este paté vegetal rumano que está ciertamente bueno.
Cuesta euro y poco, y sus ingredientes están llenos de "E-" pero ...... es 100% vegetal. Este en concreto lo encontramos en el Carrefour, y está buenísimo. Altamente recomendable. Y nada de una latita diminuta como las que venden en España habitualmente, cuarto de kilo de paté. Buena opción para entrantes navideños.
Otra opción es el humus del Mercadona, que ahora lo tienen donde las salsas. Bastante bueno también.
Y para terminar, la receta del día. Hoy:
Romanescu al horno
- Un romanescu.
- Una cebolleta y un puerro (o un cebollón, como queráis).
- 3 o 4 zanahorias.
- Harina.
- Leche.
- Sal y pimienta.
Cortamos la cebolleta y el puerro fino, como con laser. La zanahoria en rodajas también. Echamos la tripleta en aceite caliente y lo removemos que no se queme. Cuando esté todo pochadito, añadimos una cucharada sopera de harina y removemos rápido. Vamos añadiendo leche poco a poco hasta que tengamos una masa espesota y que pueda cubrir todo el romanescu. Salpimentamos y apartamos del fuego.
Por otro lado, hemos troceado el romanescu en pequeñas porciones. Es decir, le quitamos el tronco al gusto. Cocemos en agua hirviendo como 12-15 minutos, comprobando que esté comestible. Lo escurrimos bien y la ponemos sobre una fuente para el horno. Añadimos la besamel caliente por encima y le damos un toque de horno. Y a servir.
Plato "ligerito" donde los haya. Rico, rico, rico, que decía ese cocinero.
Besitos.
P.D: Siempre se me olvida decir que nuestra idolatrada pediatra nos dijo que le diéramos lentejas a Carmen casi desde que comenzó con los purés. Y bien que se las come, la jodía (en pure con las verduras, claro).
Por otro lado, hemos troceado el romanescu en pequeñas porciones. Es decir, le quitamos el tronco al gusto. Cocemos en agua hirviendo como 12-15 minutos, comprobando que esté comestible. Lo escurrimos bien y la ponemos sobre una fuente para el horno. Añadimos la besamel caliente por encima y le damos un toque de horno. Y a servir.
Plato "ligerito" donde los haya. Rico, rico, rico, que decía ese cocinero.
Besitos.
P.D: Siempre se me olvida decir que nuestra idolatrada pediatra nos dijo que le diéramos lentejas a Carmen casi desde que comenzó con los purés. Y bien que se las come, la jodía (en pure con las verduras, claro).