Buenas,
Lo más destacable de ayer fueron los niños, concretamente dos. Pablo hizo de amigos al CM y al sin padres. CM viene por que el niño, sin los padres dado que estábamos en una sala donde dejan a los peques a que jueguen vigilados con monitores, se pasó un buen rato llamando a Pablo “Cabrón de mierda”. No lo hacen con mala intención, pero viendo a los padres, que claramente se habían tomado un melapelatodo 200mg, no me extraña. El chaval no era malo, pero estaba pelín acelerado.
El sin padres es un niño que se metió en la piscina con una espada de agua, es decir, una espada con un depósito para echar agua. La imaginación humana no conoce límites, desde luego, o ya ha llegado a los mismos, no estoy seguro. Pues bien, el niño te echaba agua, y los padres decían, como si le digo yo al sol que no me queme “Fulano, no eches agua”. Estos se habían tomado una dosis doble de melapelatodo. Y lo peor es que nos persiguió, hasta que le comenté que como me echase agua le ahogaba en la piscina. Más suavito el peque. Por la noche el medio calabacín se tomó venganza, dado que hay unas peceras en una zona subterránea, y cuando nos le encontramos, a una hora avanzada, le dijo que se llevase a sus padres a ver los peces. Muhahahahaha, la venganza es un plato que se sirve frio.
La cena fue un buffet italiano, con el plato estrella de unos ñoquis con salsa de tomate que estaban de muerte. Como dijo el medio calabacín “¿Te importa que me case con la cocinera?”. Dado que le habría hecho el amor al de las tortitas del dia anterior, estábamos empatados.
Hoy el día ha sido viajero, dado que hemos ido a ver el Timanfaya. No está mal, pero la parte donde te montas en un autobús y recorres el parque, es horrrible. Pablo y el medio calabacín se dormían, yo me mareaba y Carmen se meaba viva. Que el paseo no está mal, pero en otras condiciones. Dado que te meten en un autobús cerrado, y con una audición te leen lo mismo que el folleto que te dan, pues no interesa mucho. Y el parque nacional es bien bonito, pero así visto no. Luego te dan un paseico, que te dan unas piedras cogidas del suelo que quemaban como las brasas del infierno “Uh, como queman” ha dicho Carmen. Metían unas zarzas en un agujero hacia el centro de la tierra, y del calorazo, ardían en instantes. Que fuerte, te caes al hoyo y has echado el día. Y lo más curioso, más que cocinar pollos al calor del volcán, eran unos agujeros con colador. Echaba el señor agua, y al los tres segundos, un geiser enorme. Una risa con los peques alucinados mirando.
Por lo demás, Carmen no se ha echado la siesta (los padres tronchados durmiendo, y Bob Esponaja cuidando de los dos) con lo que ha estado pestosa toda la tarde. Eso si, hasta que ha llegado la disco con Kiko (un pato tamaño ser humano, vestido de payaso, que unos días crece y otros mengua) al que Carmen llama “payasete” y les adora. La han pintado la cara y se ha liado a bailar como una loca. Es curioso, pero Carmen tiene un imán. Una de las monitoras la ha subido al escenario para animar a bailar, ayer se la llevaron de la mano al tren de los niños. A todo esto, a Pablo le ha dado por hacer fotos, y se pasa la tarde de reportero gráfico. A ver si miro una camara para niños, que es una afición muy divertida. La minidisco ha sido un éxito como siempre, y ha despertado a los peques hasta el buffet, que tocaba hoy de nuevo mexicano. Como no comerá Carmen, que le digo si quiere un helado de postre, y me dice que no, que prefiere macarrones con tomate. Si es que se le ha terminado la comida, y se ha liado con un cuscurro de pan, que parece que no comía en años.
Por otra parte, no se si somos demasiado estrictos, pero hay padres que todo les va bien. Ha pasado un niño con un bol de chuches enorme, y no ha dejado nada. Ha comido una fanta, unas patatas fritas, y las chuches. No se, vale que se esté de vacaciones, pero …. En fin, me voy a tomar un whiskito a la salud del Atleti, que ha ganado no se qué. Que estaba Carmen tensa, dado que no se dormía, ha metido el gol Forlan, y se ha quedado fritanga.
Besitos.
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