Propósitos para el año que empieza

Buenas,

¡han pasado ya los reyes magos! Y madre mía la de cosas que han dejado. Yo creo que hemos debido ser bien buenos, por que tenemos muchísimos regalos, a cada cual mejor. Estamos supercontentos. Y eso por no hablar de Pablo, que ha aprendido a decir "eyes" y que se ha hartado a abrir regalos y más regalos. La estrella, sin lugar a duda, todo lo relacionado con Pocoyó, que ha sido muchísimo. No podría decir qué le ha gustado más, así que no digo nada y listo. Incluso los reyes se han acordado de Carmen, y aún estando en la barriguita, le han caido un par de cosillas. Que bien, que bien.

Hablando de temas verdes, os cuento una pequeña anécdota, donde se ve que ser vegetariano en muchas ocasiones es más sencillo que no serlo. Esta nochevieja, en casa de mi suegra (Viva mi suegra!!) iban a cenar solomillo. Exáctamente no se lo que es, pero parece ser un trozo de animal caro, que no se suele consumir todo el año. Bien. Resulta que tienen un carnicero (tenían) de confianza, al que siempre le compran este tipo de productos, que les había reservado el famoso solomillo. Total, que el día de nochevieja bajamos a por el cacho de bicho y resulta que no lo tenía. Le ofrecía otras cosas, pero que eso no existía. Así que tuvo mi suegra, aparte de cambiar el menú, gastarse una fortuna en otros animales típicos de la Navidad. Esto me hizo pensar que a un vegetariano no nos pasan estas cosas. Lo que comemos nosotros, en fechas especiales como estas, vale siempre lo mismo y lo podemos encontrar en cualquier frutería o gran superficie con zona de alimentos. Muy raro tienes que querer comprar para no encontrar lo que buscas, y a un precio razonable. Otro punto a favor de ser vegetariano.

Aprovechando que todavía tengo todos los dedos para escribir, os voy a contar mis propósitos para el año que empieza, que si me pasa como el año pasado, podre copiar y pegar para el 2009, je, je, je. En temas de balonmano, tengo que terminar los DVDs y el libro de entrenamientos de porteros, que al final dejaré el balonmano y eso quedará en el limbo. También quiero terminar "El extraño caso del material de oficina", ese libro que empecé a escribir bajo seudónimo cuando nació Pablo y que parece que no va a tener fin. En temas familiares, pues que todo siga tan bien como hasta ahora. Que Pablo siga creciendo tan grande y féliz como hasta ahora, que Carmen nazca bien y siga los pasos de su hermano y que sigamos echando la siesta la niña y yo abrazaditos en el sofá, que nos da tanto gusto. En el trabajo, que pueda seguir viviendo plácidamente sin más complicaciones que hasta ahora. Finalmente, me gustaría volver a publicar en algún medio escrito y remuneradamente mis críticas de cine, aunque sólo sea para alimentar el ego, algo dañado tras las Navidades.

Bueno, pues eso era todo lo que os quería contar. Me he dejado como propósito el escribir más a menudo, pero es que no quiero faltar a mi palabra.

Besitos.