... o vida y obra de la tribu del tofu, como gusten ustedes.

14 de febrero de 2011

Twitereando


Buenas,

Quien quiera seguir la vida de la tribu del tofu, tiene que irse a Twitter:

Que esto de escribir cosas largas cada día me da más pereza. Además, la inmediatez de publicación de las declaraciones de los peques de la casa es abrumadora. Pero como se ha pedido por aclamación popular (vale, no llega a aclamación, más bien a murmullo leve) una vuelta, pues aquí estoy.

Este fin de semana estuvimos en la Capital del reino español, a la caza de productos originarios del lejano oriente. Vamos, que fuimos a un supermercado oriental que hay en Príncipe Pio. La aventura comenzó en la estación de cercanías donde me dice Pablo, muy serio "Papa, eso no es un agujero, es el tunel del tren". Con estos niños hay que ser más preciso que en una cirugía cerebral, madre mía. Si no habéis estado en el supermercado este, os lo recomiendo para la adquisición de productos complejos de encontrar. Cierto es que va contra varios de mis ideales, pero no soy un ejemplo de coherencia ni de rectitud. Compramos como 50 latas de gluten frito, que no es que sea la novena maravilla, pero oye, con arroz y una salsa Korma (una picante con curry y leche de coco) está de rechupete. Y si, cuando compro, compro. Otra cosa que compré es el gluten en polvo, para hacer seitán. Una maravilla de comodo y de limpico hacerlo así frente a partir de la harina. Hice seitán ayer por la noche como para enterrar a un gorrino pachón en pan rallado. Y Pablo entretanto metiendo la mano por debajo para comerse el pan rallado que se me caía. Cualquiera que le viera pensaré que no comiere desde que escribiere el autobiográfico Lazarillo, je, je.

Luego fuimos a comer al Loving Hut, que se come de perillas, que diría el perillán de Don Pantuflo. Y los peques se portaron estupendamente. Nos pasó algo muy curioso. De primero pedimos crema de calabaza para ellos y se la comieron muy bien. Y de segundo era "pato" con una salsa y arroz. Bueno, no quisieron probar el "pato", ni siquiera Carmen, que se come los pepinillos mojándolos en el vinagre para que tomen sabor. Me sentí muy orgulloso, de la manera más tonta, cierto, pero orgulloso. Sobretodo por que lo comimos ayer esas sobras, que las ponen para llevar, muahahahaha. Lo del postre fue tremendo. Se fueron los dos a hablar con las camareras sobre qué tenían para rematar la comida. Al rato de ver que no volvían fui a investigar y ahí estaban, como los reyes del Mambo. Cada día estoy más por los sitios "children friendly" o en castellano, que les gusten los niños. Que majas las dos chicas, y qué rancio el padre, que quiso pegar la hebra la camarera, y no la di pie. Finalmente, le trajeron a Pablo una tarta de chocolate con chocolate, recubierta de chocolate y coronada por chocolate que se le cayeron dos dientes del susto. Con decir que nos la pusieron para llevar, dado que fue imposible si quiera comerse una cantidad significativa como para que pareciera que había comido algo.

De vuelta a casa, con la panza llena y medio somnoliento (volvíamos en coche) dice con los ojos fuera de las órbitas "Mirad, un barco volando". Se refería al teleférico de Madrid ;-)

Besitos.

P.D: Ayer estaba metiéndome con Carmen en la bañera y me dice "Tu a hacer la cena". Ay, si ya me mangonea con 2 años, ni pensarlo con 15!!!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

echaremos de menos tus largos posts… pero las nuevas tecnologías nos poseen!

Silvia dijo...

Nooooooo. Al menos una parrafadita así, de cuando en vez.

mariusk dijo...

Ya se echaban de menos tus c¡post!!! No abandones el blog... aunque sólo sea de vez en cuando!
Saludos!

mariusk dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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